Editorial

La caída de Interbolsa y las autoridades

La crónica de la quiebra anunciada está escrita en el caso de Interbolsa, pero el rol de las autoridades debe mejorar

La crónica de la quiebra anunciada está escrita en el caso de Interbolsa, pero el rol de las autoridades debe mejorar.

Era un secreto a voces que las cosas no iban bien para la firma comisionista Interbolsa, y que su estrategia de apalancamiento a través de operaciones ‘repos’ no solamente era riesgosa, sino temeraria; pero muchos negocios que florecen en el mercado secundario funcionan de esa manera y se premian con mucho dinero en muy poco tiempo. Así se hizo fuerte la firma de la familia Jaramillo, Rodrigo, papá; Tomás, hijo, y Luis Fernando, hermano ya fallecido quien fuera excanciller y presidente de Odinsa hasta sus últimos días.

Los blogs especializados en el negocio de los papeles valores de renta fija y variable, más los comentadores especializados y los más populares en Twitter hablaban a manera de rumor de las ‘angustiosas’ reuniones de la alta gerencia de Interbolsa para conseguir dinero suficiente que les diera la liquidez necesaria para honrar sus acreencias con los tenedores de acciones de Fabricato, en particular. La firma había apostado a que la textilera fuera escindida en tres negocios (textil, energético e inmobiliario), que al venderse unitariamente les solucionaría los problemas, pero el tiempo les jugó una mala pasada y la comisionista tuvo que ser liquidada para evitar un descalabro mayor en todo el sistema.

Se ha dicho que las autoridades de control y vigilancia no actuaron a tiempo. Nosotros creemos todo lo contrario y afirmamos que tanto el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, como el superintendente Financiero, Gerardo Hernández, han sido muy profesionales en el manejo de la situación y en la propuesta de solución a un problema que puede ser peor. No solo están interviniendo a tiempo la ‘manzana podrida’, sin generar mayores traumatismos, dado el peso que tiene Interbolsa en el negocio bursátil, sino que están destapando una verdadera ‘caja de Pandora’ que hay que saber manejar para salir del problema, y no enviar un mensaje nefasto a los mercados internacionales. El grado de inversión, las calificaciones de riesgo, los índices de competitividad, son termómetros de la economía que están amenazados si no se sabe salir de la crisis generada por esa firma comisionista, que no solo fue intervenida sino liquidada.

Abusando del coloquialismo, el ‘palo no está para hacer cucharas’, la intervención y liquidación de Interbolsa es un mensaje para muchos de sus colegas en los negocios bursátiles que están abusando de sus estrategias de apalancamiento basadas en las peligrosas operaciones ‘repos’. Hay un Autoregulador del Mercado, existe una Superintendencia Financiera probada técnicamente, y un Ministerio de Hacienda apoyado por Fogafin que pueden brindarle confianza al mercado, y más allá, poner en cintura prácticas nefastas de hacer capital en la Bolsa.