Editorial

La clave está en resucitar la construcción

Si el sector de la construcción estuviera al menos en el promedio del PIB, las cosas para la economía serían a otro precio y el desempleo mejoraría

Editorial

El único sector de la economía que verdaderamente puede cambiarle el rumbo a las cifras del crecimiento es la construcción. Los datos de los últimos trimestres no son los mejores y sobre la dinámica de la edificación, la infraestructura, las hipotecas, las bodegas, las oficinas, los apartamentos y las casas, recae la responsabilidad de las malas o al menos regulares, cifras del PIB. Los datos son realmente malos, el año pasado la rama de la construcción terminó con una caída de 0,7%, situación que no fue mejor para los primeros meses de este 2018 en los que el porcentaje no salió de terreno negativo y disminuyó 8,2%. Los dos últimos datos son muy malos máxime si se tiene en cuenta que el promedio de la economía estuvo en terreno positivo en 1,8%. Y si la construcción no se recupera, condenará al país a tener un PIB mediocre.

Pero, ¿de qué depende un crecimiento sostenido de la construcción? De que las tasas de interés sean las adecuadas para que incentiven a los compradores, animen a los constructores y dinamicen el consumo de bienes patrimoniales. Pero, lo que más ayuda a un buen entorno es eliminar las barreras de entrada a nuevos mercados; bajar los niveles de regulación inoficiosa o destrabar la cantidad de obstáculos burocráticos que acosan a los constructores. No se trata de relajar los controles o de flexibilizar las licencias, la idea es priorizar al sector como un modernizador y un generador de empleos superior. No es un secreto que la construcción es el sector que más demanda trabajos directos e indirectos y estimula los servicios financieros.

Ahora que en poco menos de ocho semanas hay un nuevo huésped en la Casa de Nariño quien debe estimular la economía y debe tener en la construcción una verdadera locomotora económica, pues no solo es un sector que genera millones de empleos, sino que tiene una lista de requerimientos a ese nuevo Gobierno que harán que el sector pueda tener un nuevo impulso. Según la presidenta del gremio de constructores Camacol, Sandra Forero, hay ocho propuestas que ya se consolidaron en el sector para que haya promoción y proyectos de construcción con seguridad jurídica. El primero es precisamente garantizar unas reglas claras en licencias urbanísticas y en la adopción de instrumentos de planificación. El segundo, es tener un estatuto de instrumentos de financiación del desarrollo urbano, como tercera propuesta está la creación de alianzas público-privadas para la infraestructura urbana y los equipamientos sociales. En cuarto lugar, está la provisión efectiva de servicios públicos domiciliarios, seguido por tener una redefinición de la Vivienda de Interés Social.

Otro aspecto es el relacionado con los trámites burocráticos que deben hacer para desarrollar un proyecto, por lo que se propone racionalización de trámites asociados al desarrollo de proyectos de construcción. Una séptima petición es la gestión oportuna de suelo urbanizable, y finalmente, está el ordenamiento ambiental del territorio. Con estas ocho propuestas los constructores creen que podrían llevar al sector nuevamente a crecer por encima de 4%, además aseguran que la estabilidad en la política pública de subsidios de vivienda para bajos y medios estratos no debería ser solo proyecto del gobierno de turno sino convertirse en una medida de largo plazo para estimular el consumo local.

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