Editorial

La decisión democrática sobre el futuro de Perú

<p>Los retos de Perú no son muy distintos a los de los países emergentes que no supieron capitalizar el boom de las materias primas.</p>

La economía del Perú fue una de las grandes beneficiadas con el boom de precios de las materias primas (2002-2013) al punto que llegó a hablarse del “milagro peruano” al alcanzar durante varios años tasas de crecimiento del PIB por encima de 6% y alcanzar un progreso social importante. Ahora, al igual que para la mayoría de países emergentes productores de minerales las cosas han cambiado y se ha entrado en un período de vacas flacas que impactará los indicadores socioeconómicos, desde el PIB hasta el consumo, pasando por salarios, inversión social y desempleo. El crecimiento de la economía peruana fue el año pasado de 3,2% que aunque importante y siguió siendo una de las de mejor desempeño, es evidente su desaceleración, similar a la de nuestro país. 

La pregunta de Perú es la que se hace para otros países de la región: ¿aprovechó ese buen momento de las materias primas o asumió que esa bonanza fuera a durar eternamente? Incluso, en el caso del país vecino, tiene mayor relevancia por cuanto la actividad extractiva representa más de 15% del PIB por lo que la destorcida puede impactar en una proporción mayor. Sin duda que la expansión permitió la reducción de la pobreza en 50% en 12 años y el crecimiento de una clase media con mayor acceso al consumo de bienes durables y a la propiedad, aunque problemas como la informalidad laboral y la inequidad siguen registrando niveles muy altos.

Ese es sin duda uno de los principales desafíos que tiene el nuevo presidente Pedro Pablo Kuczynski, elegido en una muy apretada votación frente a Keiko Fujimori, quien alcanzó de lejos unas mayorías parlamentarias que con seguridad vigilarán muy de cerca las acciones y resultados del nuevo gobierno. De cualquier manera hay que entender la cultura política en el país, basada más en nombres que en organizaciones partidistas, lo cual en un momento dado puede favorecer a la nueva administración.

Para los entendidos, el triunfo del economista y músico de 77 años más que un reconocimiento a su capacidad y programa fue una reacción en contra del retorno al gobierno de las ideas de Alberto Fujimori, que se supone encarna su hija. 

Demostrar su capacidad para dirigir los destinos y sentir las necesidades de los peruanos es otro de los retos de quién ocupará el palacio presidencial en los próximos cinco años. Las primeras declaraciones de Kuczynski han sido muy consecuentes con la coyuntura, al afirmar que su objetivo es tener un país unido. La región ha recibido con tranquilidad y complacencia al nuevo mandatario, en particular la Alianza del Pacífico que confía en que el naciente proceso integracionista seguirá su rumbo y consolidación, pues su formación académica y política así lo indican y en particular para Colombia las buenas relaciones serán la tónica en dos países que se complementan y necesitan trabajar para alcanzar objetivos comunes.