La destrucción como seducción electoral
lunes, 6 de octubre de 2025
La causa por el estado palestino está haciendo que las fronteras se besen en torno a las protestas que amenazan gobiernos, presionan elecciones y buscan seducir electores
Editorial
Hay un extraño cordón umbilical entre los gobiernos o administraciones nacionales de México, España, Brasil y Colombia, todos ellos son de izquierda, de corte socialista y de pensamiento en extremo liberal, y han abrazado la causa del Estado palestino como propia, al punto que desde que Israel abordó los buques cerca a sus costas cargados de ayuda humanitaria rumbo a Gaza, se desató una ola de protestas en todo el mundo contra el acto israelí.
Muchas capitales cercanas ideológicamente, especialmente, Madrid, Bogotá y México D.F., han visto sus calles nuevamente convulsionadas, capturadas por el caos y la destrucción, con el propósito seductor electoral de cara a las próximas elecciones al Congreso y a la Presidencia de Colombia en marzo y mayo, respectivamente.
Es un eterno deja vú que viene a la memoria del país de lo vivido en 2019 cuando se dio la movilización o el estallido social más violento de la historia reciente: 30 muertos en más de tres semanas de destrucción generalizada; hecho que catapultó el actual Gobierno Nacional, al punto, que varios exfuncionarios de esta administración reconocieron en distintos momentos haber sido los promotores de figuras como la “Primera Línea”.
Colombia es un país violento que no ha sido capaz de frenar el caos y la destrucción, hipótesis que se demuestra con lo que se ha experimentado en estos días cuando la lejana causa de Palestina ha importado gran destrucción y crispación social como preámbulo a la contienda electoral del próximo año.
Es como si el país de las ideas de izquierda no tuviera más argumentos que acosar, destruir, bloquear y colapsar la economía como una forma de lucha; la misma usada durante la pandemia para llegar a la Casa de Nariño. Pero, ahora, que no hay argumentos contra el gobierno de turno que es de izquierda, se importa la situación de Gaza o la retención de manifestantes colombianas en esa zona del mundo.
Atacar a los gremios, simples grupos u organizaciones de empresarios, trabajadores y centros de pensamiento económico, como responsables solidarios de lo que pasa en Israel, es simplemente demencial.
Destruir almacenes, pintar grafitis, atacar en las redes sociales y en los medios de comunicación a un gremio como la Andi, que solo ha sabido trabajar por el país y por las instituciones es condenable siempre, más aún cuando las motivaciones vienen de un Gobierno Nacional que no ha sabido ni ha querido sentarse a trabajar por el país y que ha sido muy malo en lograr los avances sociales que prometió.
La protesta social es constitucional, más no la mentira ni los bulos en contra de la institucionalidad, que los funcionarios carguen contra las bases de emprendedores, pagadores de impuestos y generadores de bienestar es lo más descerebrado que el país ha vivido y no se puede callar en este momento, máxime cuando los ataques tienen carácter electorero.
Si la economía no se ha caído es por los roles y funciones de los empresarios en la sociedad, no por labor de una administración que no ejecuta, no avanza y pone palos en la rueda al trabajo en equipo por el país.
Ese mantra que dicta que “el caos nunca muera”, se percibe hoy más que nunca en la contienda política, pues las ideas de izquierda en la región y en todos los experimentos políticos fallidos en el mundo, solo les interesa que la pobreza se mantenga, la delincuencia controle y la corrupción cabalgue, y así mantener el control de la insatisfacción.