Editorial

La economía al final del primer trimestre

<p>Ya el primer trimestre está liquidado, ahora solo falta mirar las cifras y tendencias al detalle para proyectar mejor un primer semestre</p>

Al primer trimestre de 2017, los meses comprendidos entre enero y marzo, solo le queda poco menos de dos semanas para hacer el acostumbrado primer balance del año en todas las esferas; arreglar las cargas, rediseñar, recomponer y planear cómo será el corte a los primeros seis meses de este apurado 2017. Estamos acostumbrados a decir que este año va muy rápido, comentario íntimamente ligado al volumen de actividades que se realizan a diario y a la carga de tareas para hacer en muy poco tiempo. Es cierto, ahora existe la percepción social de que el tiempo no alcanza para nada y las cosas llegan muy pronto, una característica de nuestra época marcada por el compás de las nuevas tecnologías, la nula desconexión social, laboral o académica, características que bien pueden ser usadas en nuestro beneficio. Cuando miramos los resultados económicos de este primer período de la economía, vemos cómo el fantasma de la resurrección de la inflación se va evaporando poco a poco y la meta de 4% al finalizar el año se ve más viable, los datos del IPC de comienzo del año así lo demuestran y nos plantean una variación anualizada de precios bastante inferior a la del primer trimestre pasado. Así las cosas, en términos de costo de vida vamos mejorando. La economía está marcada por ciclos, etapas o fases bien definidas: una de auge, otra de estancamiento, la inevitable recesión, y por último, la ansiada recuperación y en cada una de ellas, las tasas de interés del Banco de la República son el mejor incentivo para apurar el paso de ciclo a ciclo. El Emisor acaba de salir de un manejo inevitable de la inflación aplicando tasas altas que superaron 7,50%; pero cuando ya había logrado romperle el espinazo a esos precios cabalgantes, viene una anunciada alza de tasas en EE.UU. por parte de la Fed a 0,75%-1%. Esto hará mantener en Colombia los tipos altos, decisión que seguramente se tomará el viernes cuando la Junta Directiva del Emisor se siente para su tercera reunión del año. Además de la inflación y las tasas, un tercer aspecto fundamental es la actividad industrial que sigue de capa caída en -0,2% a corte de enero; dato clave que siempre es el reflejo o la consecuencia de las expectativas de consumo, que también están en mínimos de -24,3%. Si miramos, baja actividad industrial y reducción del consumo, el dato trimestral de crecimiento económico deberá estar sincronizado con el del último trimestre de 2016 y el mismo para enero-marzo pasados en 2,5% de PIB. En pocas palabras, en términos de PIB las cosas no mejoran. Lo que sí se debe celebrar es la consolidación en varios de los mercados laborales y un desempleo por debajo de dos dígitos. Las exportaciones, el otrora caballo de batalla del crecimiento económico, está mejorando, pero de manera agridulce, pues nuevamente tiene que ver con la recuperación de los precios de los commodities. Ya el primer trimestre está liquidado, ahora solo falta mirar las cifras y tendencias al detalle para proyectar mejor un primer semestre.