La economía nunca volverá a ser la misma
jueves, 23 de abril de 2020
Los gobiernos han hecho cosas que nunca hicieron, los consumidores han aprendido en cuarentena y las empresas experimentan una situación inédita de cambio de paradigmas
Editorial
Reshma Kapadia, uno de los analistas más leídos del semanario Barron’s de The Wall Street Journal escribió hace unos días un ensayo titulado, “Prepárese para un mundo de postcoronavirus: la economía nunca será la misma”, en el que imagina cómo será el mundo después de que se haya contenido la pandemia de Covid-19. Los primeros que se han reinventado son los consumidores, las empresas y el gobierno. Muchas cosas nunca vistas están sucediendo mientras se pasa por este difícil momento, especialmente si se encuentra encerrado en su hogar, luchando por pagar la nómina de su pequeña empresa o tratando de asegurar un lugar para una entrega de comestibles en línea para rellenar su refrigerador. Los gobiernos están gastando billones de dólares para estabilizar la economía; las redes universales de salud y seguridad social, una vez consideradas demasiado radicales, están recibiendo más atención; la deuda se ha convertido en una maldición. Si bien Taleb ha dicho que esta situación no es un cisne negro porque era previsible y obedece a una imprevisión de los gobiernos, los financieros no siguen calificándolo como tal; “el coronavirus es realmente un cisne negro en el sentido de ser impredecible y un evento de consecuencias masivas; los cisnes negros determinan la historia porque es el único momento en que los estados, las sociedades y los individuos están tan en contra de la pared que tienen que cambiar fundamentalmente. Cambia todo, incluida la naturaleza de la relación entre el Estado y el mercado y lo que se llama bienes públicos, como la atención médica y la educación”. Lo fundamental para salir de esta situación es entender que se cocina una nueva normalidad: observando las tendencias que se acelerarán a medida que las personas formen nuevos hábitos que empiezan a surgir en países asiáticos en donde la gente se está aventurando ya a los centros comerciales y las ventas de viviendas están repuntando.
El distanciamiento social en todas sus facetas es una nueva característica que acompañará al nuevo consumidor, ahora entrenado en un experimento generalizado de trabajo desde el hogar que convence a las empresas como una alternativa a la que antes le rehuían; dos cosas que eran inéditas y que marcarán la economía en tiempos de postpandemia. La transición al mundo posterior al Covid-19 se empieza a dibujar mientras aparece en el escenario la vacuna o tratamiento para el coronavirus que sería un cambio de juego. Hoy se están desarrollando alrededor de 140 tratamientos y vacunas experimentales con medicamentos en todo el mundo, pero una vacuna podría tomar de 12 a 18 meses y que sería el banderazo a una nueva carrera en el consumo, la producción y la misma política en los países. La pandemia también destruyó muchas cosas que antes eran cotidianas como la ilusión de control de las personas, vistas en cosas tan simples como la amabilidad. La conversación confiada o la camaradería en sitios de socialización que deberán reinventarse; ahora el contacto y la multitud crea un pánico antes ausente en las personas acostumbradas a compartir.
Todo cambió en pocas semanas, incluida la naturaleza de la relación entre Estado y mercado y lo que se llama bienes públicos, la atención médica y la educación y la confianza será el parámetro del lugar donde los consumidores gastarán su dinero.