Editorial

La gripa no debe matar enero y el fuerte comienzo

Todo parece indicar que la economía creció dos dígitos el año pasado, por primera vez en la historia reciente; un impulso que se puede frenar en enero por la ola de contagios

Editorial

En pocas semanas se conocerá el dato del crecimiento del PIB del año pasado y todos los pronósticos señalan que no estará muy por debajo de 9,8%, incluso cada vez son más los analistas que se la juegan con la cifra de dos dígitos, la más alta de la historia reciente. Los datos del tercer trimestre de 2021 mostraron 13,2%, lo que llevó al Gobierno Nacional a revisar al alza sus proyecciones para todo el año, y estima que cerrará en 9,7%, una cifra que sería la más alta de los últimos 115 años, aunque hay algunos economistas que afirman que no se pueden hacer comparaciones tan anteriores, puesto que todo ha cambiado, incluso la manera cómo se compilan los datos y la fidelidad de algunos. Pero lejos del debate académico, siempre necesario, es una realidad que la economía local ha rebotado de manera sorprendente, lo que llevaría a Colombia a liderar el repunte del PIB en la región, luego del descalabro de 2020. Los más optimistas son JP Morgan y Anif, con una estimación de entre 9,8% y 10%. El Banco de la República espera 9,8%, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, Ocde, (9,5%), mientras que XP Investments (9,7%), Corficolombiana (9,7%), Banco de Bogotá (9,7%) y Fedesarrollo (9,6%).

Es un hecho que la economía está creciendo mucho más rápido de lo esperado y que a la luz de los expertos podría expandirse a una tasa de 10% gracias a la dinámica del consumo interno, sobre todo de los hogares, que tiene una tasa de crecimiento anual de 13,1%. Existe una suerte de consumo rezagado que se evidenció en el último trimestre del año, que sin duda va a ser histórico; las familias, en auténtica masa, salieron a comprar bienes y servicios, a endeudarse y a desatrasar las compras necesarias, lo que llevó a los comerciantes a demandar más empleados durante los últimos días del año para satisfacer los pedidos.

En el último reporte de la Ocde se destacó que “el consumo privado colombiano es el principal impulsor de la recuperación en la medida que se reactiva el empleo, aunque a un ritmo más lento que la actividad económica. La cobertura de vacunas ha logrado un progreso significativo, pero está por detrás de sus pares regionales”. Países de tradicional buen crecimiento de sus economías domésticas, como Perú, Chile, Uruguay o Costa Rica, van a estar detrás de Colombia en términos de crecimiento de su PIB, situación que no deja de ser sorprendente. Lo único malo en esta nueva realidad es que ese 10% de repunte del PIB local puede verse frustrado en enero tras los brotes de gripa que recorren todo el país y que obligan a empresas, colegios y comercios a volver a tomar medidas, para que la cuarta o la quinta ola de propagación del covid no sea una realidad y haga perder el repunte del consumo de las familias y su inherente generación de empleo. Está demostrado que no existe el falso dilema entre salud y economía ya que el cambio de época ha evidenciado que sin economía no hay buena salud, y que sin salud no hay buena economía. El país económico y social no puede parar bajo ninguna circunstancia, hay que reforzar las medidas individuales de cuidado, facilitar el teletrabajo, dinamizar el comercio digital, pero sobre todo hacer que las relaciones comerciales no se vean frustradas. Enero debe ser un mes tan bueno como el remate de 2021 para que este 2022 no sea inferior a las expectativas económicas.

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