Editorial

La importancia del huevo alemán de Francia

El episodio de la fórmula de Gustavo Petro a la vicepresidencia, Francia Márquez, brinda la oportunidad para hablar de bulos, al tiempo de la necesidad de exportar más productos

Editorial

Las personas que se lanzan a la arena pública para ser elegidos por voto popular y convertirse en funcionarios no solo deben formarse en cada uno de los temas, sino formarse, estudiar, cuidar sus palabras o revestirlas de sustentación académica o bibliográfica para no sembrar bulos, desinformar o contribuir a propagar fake news que hacen daño y destruyen.

En un mitin político, Francia Márquez, candidata a la Vicepresidencia de Gustavo Petro, afirmó que el país importaba huevos de Alemania, un comentario suelto, no sustentado que le ocasionó fuertes críticas, incluso se prestó para que el mismo embajador de Alemania en Colombia, Peter Ptassek, bromeara diciendo: “Muchas gracias a @FranciaMarquezM por aclarar que Colombia no importa huevos de Alemania (...) Nosotros importamos, por ejemplo, el buen café colombiano y sus deliciosas frutas y exportamos muchos productos industriales que ayudan a construir al país. ¿Pero huevos? Tal vez los de Pascua”.

Aclarar muchas creencias populares sobre el desempeño de la economía colombiana es todo un reto para los empresarios, el Gobierno y los medios de comunicación. Es común escuchar que el país importa más cosas de las que realmente compra en el exterior o que el desempleo es más alto del real; que la pobreza financiera o multidimensional supera la mitad de la población o que son mucho más de siete los millones de colombianos que viven en pobreza absoluta. La premisa del texto, ‘FactFulness’, de Hans Rosling, es que la mayoría de los seres humanos se equivocan sobre el estado del mundo. “Todos exageramos los aspectos negativos, creemos que el mundo es más pobre, menos sano y más peligroso de lo que sugieren las estadísticas (...) Los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres; y el número de pobres no deja de aumentar; y pronto nos quedaremos sin recursos a menos que hagamos algo drástico. Al menos esa es la imagen que la mayoría de los occidentales ven en los medios de comunicación y llevan en la cabeza. Yo lo llamo la visión excesivamente dramática del mundo. Es estresante y engañosa.

De hecho, la gran mayoría de la población mundial vive en algún punto de la escala de ingresos. Quizá no sean lo que consideramos clase media, pero no viven en la pobreza extrema (...) Paso a paso, año a año, el mundo está mejorando. No en todas las medidas cada año, pero sí como norma. Aunque el mundo se enfrenta a enormes desafíos, hemos hecho enormes progresos. Esta es la visión del mundo basada en los hechos”.

En tiempo de elecciones es fundamental trabajar en la veracidad de los hechos para generar hábitos que reducen el estrés, “de llevar solo las opiniones para las que se tienen hechos fuertemente respaldados. Es un conjunto de herramientas que te ayudarán a procesar la información”. Ahora bien, las palabras de la candidata es un buen campanazo de alerta para que la industria avícola acelere su plan estratégico, para no solo ser más competitivos en la producción local, sino que logren vender pollo en Estados Unidos, vender huevos en el vecindario y hacer que el consumo per cápita suba de unas 335 unidades individuales, a más de 400, es decir que cada colombiano pueda comerse unos dos huevos diarios, tal como sucede en otros países, pues sigue siendo la proteína más barata.

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