Editorial

La industria y las ventas oxigenan la economía

<p>En abril, la industria creció 8,4 % y Entre mayo de 2015 y abril de 2016 hay una variación de 3,3%, el año pasado las cifras fueron de 0,1%, buena mejoría</p><p>&nbsp;</p>

La economía colombiana había entrado en una fase de bajas expectativas, producto de la situación de los precios de las materias primas en los mercados internacionales, el rebrote inflacionario, la altas tasas de interés y de una devaluación del peso sin precedentes. Sin cambiar la tendencia de preocupación, los indicadores empiezan a mejorar, al menos en lo que tiene que ver con el comportamiento de la industria y las ventas minoristas.

Las ventas del comercio minorista volvieron a crecer en abril al registrar un alza de 5,4%, a la luz de la Encuesta Mensual de Comercio al por Menor. Entre enero y abril de este año, las ventas incrementaron 2,6%, levemente inferior al año pasado, pero el último mes medido, abril, las cifras empiezan a mejorar notablemente. En los últimos doce meses, de mayo de 2015 a abril de 2016, crecieron 2,5%. Durante el mismo periodo del año pasado, la cifra fue de 6,2%.

En el frente de la industria, la producción creció 8,4% en abril, el repunte más elevado desde enero de 2015; según la Encuesta Mensual Manufacturera del Dane, en los primeros cuatro meses del año subió 6,2%. La buena noticia está en que para el mismo mes de un año atrás, el dato había mostrado una caída de 2,3%. Si bien sigue siendo bajo, la tendencia empieza a mejorar y con elementos que avizoran mejoría, pues la tasa de cambio se estabiliza en los $3.000 y la escalada de tasas de interés parece llegar a su fin, con el leve desacelere de la inflación.

Todo parece indicar que la economía enfrenta un segundo semestre con unas condiciones de mejoría que romperían la estela de pesimismo que marcó el final del año pasado y este primer semestre que termina en quince días. Al menos la tendencia de los indicadores fundamentales es distinta y todo empieza a mejorar cambiando las expectativas de los empresarios e inversionistas. Lo único que no cambiará y será un imperativo es la inminente reforma tributaria que debe hacerse. De lo contrario, las firmas calificadoras de riesgo pueden empezar a bajar el grado de inversión.

Según el Marco de Fiscal de Mediano Plazo presentado por el Ministerio de Hacienda al Congreso hace 72 horas, el déficit a financiar en 2016 pasó de $30,9 billones a $33,3 billones, al tiempo que se aumentó la proyección de déficit en regla fiscal a 3,9% y en 2017 bajará gastos en $5,8 billones. Estas cifras, bastante delicadas, obligan a que el Gobierno presente con mensaje de urgencia al Congreso un articulado de reforma tributaria que aleje al país de una eventual reducción en la calificación y le garantice a las arcas estatales la financiación necesaria de las inversiones sociales que requiere el posconflicto.

Es cierto que la economía entra en una etapa de estabilización en términos micro con las cifras de la industria y las ventas minoristas, pero no podemos olvidar que en términos macro la estabilización tarda, pues el hueco que dejó el petróleo es difícil de llenar.