Editorial

La inoportuna moción de censura al MinHacienda

<p>Muchos senadores dan muestra de su falta de sincronización con los temas del país, debe ser porque empiezan a trabajar a mediados de marzo</p>

Debe ser porque los congresistas empiezan a trabajar luego de la segunda quincena de marzo (es casi el cierre del primer trimestre del año), que no se enteran de muchas cosas, pero llamar a las bancadas a discutir sobre la actuación del Ministerio de Hacienda, en cabeza del ministro Mauricio Cárdenas Santamaría, en la necesaria venta de Isagen es un acontecimiento que habla de la falta de sincronización de los senadores con la actualidad política y económica del país. La venta de las acciones que el Estado tenía en la empresa generadora ya se dio luego de casi ocho años de haberse planteado; se pronunciaron desde los partidos opositores al gobierno hasta las altas cortes, pasando por los sindicatos, trabajadores, tenedores de acciones, concejales, diputados y todas las fuerzas vivas que se sentían con derecho a opinar sobre el polémico asunto. Es un asunto cerrado en donde el alto gobierno debe estar tranquilo porque fue de cara al país y limpio en todos los procedimientos.

Por todo lo anterior, es ilógica e inoportuna la moción de censura contra el ministro de Hacienda que supo sacar adelante el proceso de venta de Isagen, en contra de toda la desinformación que se pretendió sembrar ante la opinión pública por los detractores de la operación, casi todos unidos por un cordón umbilical de politiquería sin consciencia histórica, pues la misma operación de enajenación había sido intentada por anteriores gobiernos. ¿Se vendió a un precio muy bajo? Simplemente el dinero pagado por los nuevos dueños, Brookfield, se ajusta a cualquier estándar del mercado. El precio fue tan justo que otros accionistas, diferentes al Estado colombiano (léase EPM y EEB) se montaron en el negocio y rápidamente vendieron al mismo precio sus acciones.

Tanto EPM de Medellín, como EEB de Bogotá, concluyeron que vender al precio que vendió la Nación de $4.130 por acción, era una oportunidad irrepetible, por encima del precio objetivo del papel valor. ¿No se podía vender a un único proponente? Claro que sí. El Artículo 60 de la Constitución y la Ley 226 de 1995, así lo reglamentan y muchas son las empresas estatales que han pasado a manos de inversionistas extranjeros con un solo comprador. ¿Por qué se vendió tan rápido? Otro gran bulo: el tema de la venta de Isagen lleva más de una década en la agenda de todos los ministros de Minas y de Hacienda y de los presidentes de turno. La primera vez que se habló sobre la venta de la generadora fue en 2004 en el documentos Conpes 3228 y en 2007, la Comisión del Gasto Público volvió a recomendar la venta.

Es muy importante el control político por parte del Congreso y hay senadores y representantes que hacen bien esta tarea de cara al país, pero hay otros más ligeros que piden discutir temas claro y ya pasados, que hablan de su desincronización con el ritmo de la economía y del país.