Editorial

La nube rusa que atormenta la economía

<p>2015 comienza con nubarrones que ensombrecen la economía mundial y que se originan en Rusia, estrella del Brics.&nbsp;</p>

El acrónimo BRIC (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) lo acuñó en 2001 el economista inglés, Jim O’Neill, para referirse a los principales mercados emergentes que empezaban a entender la economía de mercado al comienzo del siglo XXI. Esos países tenían en común  un rápido desarrollo, alta población, creciente ingreso per capita, y lo que no es menor, su dinamismo para insertarse en los mercados internacionales. Cada uno de ellos tiene su propia historia y hoy, tres lustros después, las cosas no les han salido como en ese momento se vislumbró. Por ejemplo, Brasil no ha logrado consolidarse como líder regional en América Latina, ni es el contrapeso para Estados Unidos que se vaticinó. India no pudo abrir nuevos mercados como país y ha tenido un proceso endogámico en medio de una creciente población empobrecida y cada vez es más difícil sortear sus diferencias como una nación única. China ha sido el más exitosa y está en camino de ser la primera economía global, pero su pobreza, su constante violación a los derechos humanos y las asimetrías regionales hacen de su economía todavía algo incierto bajo las leyes del mercado occidentales. Sudáfrica fue el último país metido en la lista y tampoco ha podido enmarcarse en el mundo, efectivamente es el líder en el continente negro, pero no es un país de fuertes alcances geopolíticos globales.

Y nos queda en la lista Rusia, un país de resurgimiento envidiable y de un liderazgo férreo luego de su desintegración como Unión Soviética a comienzos de los noventa. Se ha visto en medio de una tenaza de intereses económicos regionales entre sus vecinos, antes repúblicas de la Urss, y las que desean ser más europeas y comulgar con la Unión Europea y la misma Otan. No es sino mirar el último caso de Ucrania y Crimea en donde la fuerza rusa ha puesto en jaque el crecimiento de la comunidad europea hacia el oriente. El caso Crimea le hizo acreedor de sanciones económicas que hoy las están pagando, y tal como los mismos rusos lo dicen, la caída el precio del petróleo no es más que una jugada geopolítica de su histórico rival, Estados Unidos.

Recientemente, Wall Street Journal planteó que “los crecientes problemas económicos de Rusia podrían fortalecer el ya sólido respaldo interno que tiene el Kremlin en su enfrentamiento con EE.UU. y Europa, ya que Moscú culpa a sus enemigos de sus problemas. El ministro de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov, dijo al canal de televisión francés France 24 que Rusia no solo sobrevivirá sino que saldrá mucho más fuerte de las sanciones. Esta postura y una creciente angustia por la devaluación del rublo, una caída en la Bolsa de Valores de Moscú y una lejana recuperación en el precio del petróleo, hacen prever que no es fácil lo que le depara a la economía global para 2015.