Editorial

La nueva piel de la banca colombiana

Las últimas movidas de los bancos colombianos conllevan a grandes retos dentro y fuera del país.

El lapso comprendido entre 2010 y 2012 pasará a la historia del sistema financiero  como los años en que los bancos colombianos le apostaron a convertirse en empresas multilatinas y jugadores del entorno latinoamericano.

Casi todas las instituciones financieras locales empezaron desde ese momento a seguir la ruta que las industrias y manufacturas nacionales les habían trazado o empezado a abrir durante la segunda década de 2000. Primero fue Centroamérica, luego países del vecindario cercano, y más adelante, algunos del cono sur.

Todas esas movidas tienen explicaciones estructurales relacionadas de manera estrecha con la solvencia del sistema financiero colombiano que experimenta una solidez sin precedentes basada en un gran mercado que toma el camino de la bancarización, grandes capitales para invertir, obras de infraestructura por hacer y en un recurso humano con altas competencias que han hecho de los banqueros colombianos un activo estratégico para las operaciones de crecimiento por fuera.

Colombia es uno de los pocos países del mundo emergente en los que los bancos locales son los líderes en el mercado interno y en donde la banca extranjera ocupa lugares de media tabla para abajo en el ranking del sistema financiero. Este hecho contundente se debe a la confianza, a la solidez financiera, a una gestión eficaz y una la historia reciente marcada por diferentes crisis en las que los bancos colombianos han sabido salir adelante.

Todo este contexto le ha permitido a los grupos bancarios nacionales `hacer las Américas` y emprender empresas en países del continente en donde nunca habían tenido operaciones ambiciosas.

Todos los grandes grupos financieros colombianos tienen un pie en Centroamérica, Perú, Chile, Paraguay, Brasil o Uruguay, generando una nueva situación externa. Hay intereses en el mercado de las pensiones, los seguros, la bolsa y la banca, una nueva situación que es un reto en sí misma por las responsabilidades que el accionar empresarial conllevan.

A nivel interno es clave que los bancos trabajen más en los servicios bancarios para que estos tengan costos razonables, al tiempo que se trabaje con las autoridades financieras en la tasa de intermediación financiera que es una de las más altas.

La gran oportunidad que ofrece la bancarización debe hacerse sin riesgos, de lo contrario se generaría una eventual crisis de cartera sin precedentes. La llamada `banca retail` es una tentación de crecimiento rápido apalancada en el consumo de riesgo, pero sigue siendo un punto de preocupación de las autoridades que siguen haciendo llamados a la mesura a la hora de entregar tarjetas por parte de los bancos y a las personas en materia de endeudamiento.