Editorial

La parábola del emprendimiento de Epa Colombia

Hay razones muy profundas de economía de mercado por las cuales la emprendedora, Epa Colombia, termina hablando de negocios con Uribe

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Diario La República · La parábola del emprendimiento de Epa Colombia

Los sindicatos de trabajadores proliferaron a mediados del siglo XIX en Europa para reivindicar los derechos laborales, salarios justos, jornadas laborales menos duras y luchar contra las precariedades públicas, al tiempo que mejorar sus necesidades básicas insatisfechas. A partir de esas reclamaciones, se fue tejiendo con el paso de los años el estado de bienestar inspirado en las teorías de John Maynard Keynes, quien puso sobre la mesa las demandas de los trabajadores en el sistema capitalista e incrustó los sindicatos en las estructuras políticas y empresariales, en una suerte de “paz laboral” basada en mejores condiciones de trabajo y mayor capacidad de consumo para darle salida a su producción.

Un círculo vicioso sabio sobre el cual se han ido limando las asperezas entre trabajadores y empresarios. Una génesis que se observa en las discusiones laborales de los países desarrollados en la actualidad. Hasta mediados de los años 90, las relaciones obrero-patronales en Europa, Estados Unidos, Japón y algunos otros países de la cuenca del Pacífico eran tirantes, pero una vez las sociedades lograron el anhelado bienestar social, satisfacer las necesidades básicas y bajar a cero la precariedad en el inmobiliario público, como el transporte masivo, los parques y la sostenibilidad ambiental, los viejos pliegos de peticiones cambiaron y la estrategia de confrontación, bloqueos, vandalismo y destrucción pasó a la historia.

¿Quién iba a imaginarse hace un tiempo que la influencer, Epa Colombia, famosa por vandalizar con un martillo las instalaciones de Transmilenio se sentaría con el ex presidente Uribe, arquetipo de la mano fuerte y defensa de la economía de mercado? Nadie. ¿Qué sucedió en la transformación de Epa Colombia en la emprendedora Daneidy Barrera Rojas? La respuesta es simple: actuó la economía de mercado, la transformó el emprendimiento, el hacer empresa.

Esa es la razón económica de fondo para que acudiera a la casa del expresidente para recibir consejos y garantizar una suerte de respaldo ideario a su empresa. Tal y como lo hizo el sector productivo colombiano en pleno entre 1998 y 2002, cuando Colombia era un Estado fallido que no contaba con la seguridad democrática para invertir, hacer empresa, generar empleo y pagar impuestos para realizar obras de inversión social que a todos beneficien.
Epa Colombia anduvo el mismo camino que los sindicalistas de los países desarrollados quienes pasaron de quemar, destruir, bloquear y vandalizar a construir empresa, a defender el capital para poder progresar o mantener unos niveles de calidad de vida.

Es simple, todo joven o viejo emprendedor o empresario que paga impuestos y genera trabajo a más personas de su entorno, se arropa en el ideario de la economía de mercado, en la libertad empresarial y la propiedad privada como fórmulas probadas de progreso y bienestar. Lo que el estrambótico encuentro entre los dos personajes de la vida pública enseña es que el camino es hacer empresa, desarrollar emprendimientos, pagar impuestos, generar empleos formales y trabajar por ser productivos y competentes.

El hecho no se puede quedar en divertidos memes y en leerlo como una jugada de viejo zorro político o celebridad de redes sociales, es un episodio de la economía (Freakonomics) nacional que puede usarse para visibilizar el camino probado de hacer empresa.

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