La peligrosa estatización de la salud
miércoles, 15 de febrero de 2023
El Gobierno de Petro radicó ante el Congreso el proyecto de ley que Reforma la Salud y le da un peso a lo público en el actual sistema de salud reviviendo los males del pasado
Editorial
Una manera de describir los más de seis meses que lleva la administración del presidente, Gustavo Petro, es que tiene claras las cosas que quiere y no ha perdido tiempo en acelerar unas reformas por más innecesarias que parezcan. Sacó su tributaria en medio de la estrechez económica y durante el período de mayor tributación histórica o recaudo de los colombianos; ahora se ha dado a la tarea de reformar el sistema de salud, contra viento y marea, rompiendo el precepto de que no se debe arreglar lo que no se ha dañado.
Hasta ahora, el Presidente y sus más leales seguidores, han dado muestra de que la ideología pesa en todas las decisiones y que de privatizar se ha dado el giro a estatizar, sin más argumentaciones o exposiciones de motivos que cambiar por cambiar.
El caso ahora es para la salud, que por regular o bien que funcione, no pesa en la decisión tomada porque ellos quieren que el Estado recupere el poder perdido en las arcas destinadas a la atención, prevención, enfermedades, clínicas y hospitales, toda una cadena de recursos millonarios que quieren administrar bajo sus condiciones y nuevas instituciones. “Lo que queremos es que un médico pueda ir a cualquier lugar del territorio nacional y atender a cualquier persona. Que el territorio se pueda organizar de tal manera que sus gentes, sus habitantes puedan ser atendidos de manera permanente por equipos de salud profesionales (...) Queremos fortalecer un modelo de atención primaria y preventiva”, ha dicho el Presidente explicando solo algunos detalles superficiales y será el Congreso el obligado a desmenuzar el proyecto.
Por ahora los pilares están planteados, “no habrá una intermediación del recurso público, sino que serán manejados por la Administradora de Recursos de Salud, Adres, a donde llegarán todos los recursos de la salud, lo mismo que la factura generada por los servicios, para que esta gire directamente los dineros al hospital, a la clínica o al consultorio.
La proclama presidencial reza: “no habrá más clientes, no habrá más clientes en la salud pública. Las personas serán personas”. Para lograrlo, se revivirá la administración pública de los recursos de la salud; se fortalecerá un sistema primario en salud a través de redes públicas privadas y mixtas que lleguen a todo el país; habrá régimen laboral específico para los trabajadores de la salud; se interconectarán determinantes sociales de la salud como es agua potable y soberanía alimentaria, y se creará un sistema público y único de información, en el que se incluirán todas las transacciones y actividades para hacerlo más transparente.
Hacía más de tres décadas que no se modernizaba la salud en Colombia, ni que se desechaba el sistema vigente por uno nuevo con renovado peso de lo público, ahora el balón está en el terreno de juego de los congresistas quienes tiene la tarea y el deber de tomarse esta reforma en serio, pues pretende recuperar el peso de lo público, que otrora fracasó por corrupción, falta de competitividad y desgreño.
Por ahora todo parece indicar que es un salto al pasado, es involucionar y sacar a sombrerazos la presencia de los privados en cualquiera de los eslabones de la cadena que constituye la salud en Colombia. Nadie sabe qué va a salir de toda esta situación, quizá es un salto al vacío y evitarlo está en manos de senadores y representantes.