Editorial

La realidad en Venezuela supera toda ficción

<p>Venezuela camina con paso firme a una crisis económica sin precedentes la cual debe ser prevista por el gobierno y los empresarios colombianos.</p>

¿Para donde va Venezuela? Es una gran incógnita. Mientras el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anuncia que mantendrá cerrada la frontera con Colombia con los más descabellados argumentos y pretende culpar a nuestro país de la crisis económica y social que enfrenta su país, la realidad de lo que está ocurriendo en su territorio supera la ficción por lo dramática y fuera de cualquier análisis racional, su insistencia de que los problemas son importados desde su vecino Colombia no resiste el más mínimo análisis.

En lo que va corrido de 2015, el precio del dólar en el mercado negro venezolano aumentó 370%, pasando ya de los 815 bolívares, con lo cual se puso por encima 129 veces la tasa oficial más baja asignada para alimentos y medicinas que es de 6,30. A finales de septiembre de 2014 el valor del dólar negro era de 100,9 bolívares, lo que representa un aumento de 708% un año después.  La caída en los precios del petróleo que genera 95% de las exportaciones, ha agravado la situación pues es un país altamente dependiente de las importaciones. La disminución en la asignación de divisas por parte del gobierno ha generado deudas comerciales de miles de millones de dólares con proveedores internacionales y ha empujado a una escasez en los productos básicos de la canasta familiar.

Esa escasez es el abono de la inflación, dato que el gobierno no difunde desde finales de 2014 cuando ascendió a más de 65% en el año. La inflación mensual de Venezuela de septiembre habría sido la más alta en 25 años, un 17%, y la tasa interanual sería de 180%, según uno de los periódicos que todavía quedan en el país. Mientras eso pasa, el gobierno sigue culpando a los empresarios que supuestamente conspiran contra el modelo socialista que pregona el mandatario, cuando la realidad es otra.

Ante ese panorama, el desempeño de la economía no podía ser diferente. Venezuela, es sin duda, el país con el peor desempeño económico de América Latina y entre los últimos del mundo. Se estima que en este año el PIB caiga 5%, luego de un descenso de 4% en 2014. Expertos calculan que en 2015 se presentará un desempeño aún peor al previsto, por la caída más aguda de los ingresos petroleros, los compromisos de deuda internacional y el total desánimo del sector empresarial debido al clima de desconfianza generado por las acciones oficiales, al punto que la inversión privada está paralizada.

Maduro tiene cerradas las puertas al financiamiento externo y parece estar dependiendo de los cada vez menos recursos que le suministra China, que ha entregado US$55.000 millones en 7 años a cambio de crudo barato. Por fortuna, los empresarios colombianos han tomado sus precauciones y la debacle venezolana ya no produce el daño que hubiera podido darse hace unos años, cuando los negocios y la corriente comercial tenían una gran dinámica muy lejos a las cifras de ahora. Es una demostración de la capacidad y juicio del sector privado nacional.