Editorial

La recuperación rápida es viable y ya se observa

El último trimestre del año se ha convertido en un gran aliado para una rápida recuperación, generando empleos y disminuyendo la caída de una economía en recesión desde marzo pasado

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Diario La República · La recuperación rápida es viable y ya se observa

La economía colombiana es el mejor ejemplo de la resiliencia y así lo están demostrando las cifras macroeconómicas al final del año, luego de que tocara fondo entre abril y mayo. No solo se ha manejado la crisis sanitaria y su impacto en el tejido productivo, sino que se está saliendo mucho más rápido que los países de la región como Chile, Perú o México, una muestra de ello es lo que está pasando con la recuperación de los empleos.

El Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) reveló que en el pasado octubre la tasa de desempleo bajó a 14,7% si se compara con el dato de septiembre que era de 15,7%. Si se hace el ejercicio con octubre del año pasado, hubo un incremento de 4,9 puntos porcentuales, mes en el que el índice fue de 9,8%. La población ocupada ya asciende a 21,2 millones. Cabe la pena rescatar que desde abril se han recuperado 4,7 millones de trabajos, pero aún hay más de 1,2 millones de personas desempleadas (desocupados) y 877.000 más inactivas a lo largo y ancho de todo el país.

Pese a las buenas noticias, aún hay mucho que trabajar en términos de cifras laborales, especialmente en las ciudades en donde la generación de empleos formales ha sido una crónica dificultad. Hay unas ocho o nueve regiones diferentes en donde la crisis ha sido distinta y su recuperación será asimétrica; mientras en la Costa Caribe el desempleo casi que se ha duplicado después de ser la de menor desocupación, en la región Centro Oriente, donde está Bogotá, las cosas son mejores, aupada por los servicios, dado que más de 25% del PIB se origina en la capital. El Eje Cafetero y el Suroccidente del país han sido especialmente duros para mejorar los empleos y las buenas cifras aún no los acompañan; lo peor en estas regiones es que las remesas se han visto afectadas por la recesión que experimentan los países desde donde se envía el dinero, pero en la medidas que España o Estados Unidos retomen su senda de crecimiento, departamentos como Valle, Caldas, Risaralda y Quindío levantarán cabeza en términos de empleos vinculados al comercio y el turismo. Las cosas con Antioquia son similares, con la diferencia de que su tejido empresarial ha sido activo durante la pandemia y el desempleo está dentro del promedio del país.

El primer indicio de que la economía mejora más rápido de lo estimado y que un crecimiento proyectado para 2021 de 5% es viable es justamente la generación de empleo que se empieza a experimentar. La recuperación de trabajos es una suerte de humo en donde va ha haber fuego y si se actúa en consonancia, el país volverá a cifras negras en términos de PIB en pocos meses. No se puede negar que tras más de una década de crecimiento económico continuado, hay recesión declarada, pero será temporal a la luz de lo que está sucediendo con el precio de las materias primas, las expectativas de consumo de las familias por el bajo costo del dinero y el segundo año de gobierno de las autoridades locales, que deberán empezar a poner en marcha sus obras de infraestructuras planeadas.

Es un hecho que si el precio del petróleo se mantiene por encima de US$45 el barril, el café a US$1,50 la libra y una buena demanda por parte de Estados Unidos, China y Brasil, las cosas pueden mejorar no en forma de “chulo de Nike”, sino en forma de “V”. Pero las mayores esperanzas están puestas en los planes de desarrollo de alcaldes, gobernadores y en la plena ejecución de los dos últimos años de Gobierno.

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