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La revolución pendiente de los estratos

El Sisbén IV es una manera de empezar el gran revolcón de los estratos socioeconómicos, no se puede seguir repartiendo dinero público sin hacerle trasabilidad a los beneficiarios reales

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Diario La República · La revolución pendiente de los estratos

El Departamento Nacional de Planeación (DNP) comenzó en 2017 la recolección de información del Sisbén IV, que se estimaba finalizara en 2019 y se implementara en 2020, la pandemia retrasó todo y sólo hasta ayer se presentó en público uno de los trabajos más importantes para la economía en lo que tiene que ver con la asignación de subsidios, focalización y control. Es un paso enorme que obligará al Estado a hacer una verdadera revolución o reinvención de los estratos socioeconómicos.

El esquema nació en los años 80 como una fórmula solidaria para cobrar tarifas diferenciadas en los servicios públicos, de tal manera que operara un sistema de subsidios cruzados para el pago del agua, la luz y el teléfono. Pero el mundo cambió, ya casi no hay líneas fijas de teléfonos, las urbanizaciones piratas son más escasas, entre otras cosas, más sin embargo, el esquema sigue igual y los habitantes de las viviendas en los estratos 1, 2 y 3 siguen pagando los servicios por un valor mucho menor de lo que realmente cuesta llevarlos hasta sus casas; lo más deplorable del caduco sistema de estratificación es que en los estratos altos pasa lo contrario y se pagan servicios muy caros en relación de su verdadero costo. Fue un verdadero avance para lograr que la sociedad colombiana fuese un ejemplo de equidad y de responsabilidad social en la región en ese momento, pero las cosas cambiaron y se empezó a evidenciar que “hecha la norma hecha la trampa”; muchas viviendas estrato 1, 2, 3 o 4 se destinaron al comercio, las manufacturas, las industrias y toda suerte de micronegocios con grandes resultados en términos de ingresos, pero siguieron pagando recibos de agua, luz y recolección de basuras como si vivieran en casas de familias humildes. Y en los estratos altos hizo carrera apoyar alcaldes y concejales que impidieran que barrios, calles, cuadras o casas estrato 3, 4 y 5 cambiara de estratificación para seguir recibiendo subsidios cruzados. A la postre, eso significó que los hogares de estratos cinco y seis subsidien los servicios públicos de muchos pobladores de aparentes recursos más bajos.

Claro que hay muchas familias necesitadas de esos subsidios; que hay otras que pagan el costo real de los que consumen en términos de agua y energía, pero son más los que han hecho trampa y gozan de una injusta estratificación, no olvidar los edificios declarados como patrimonio. Y en los predios rurales sucede lo mismo, muchas fincas de recreo que aún pagan servicios públicos que no está en consonancia con su avalúo comercial. Esa es la gran revolución pendiente en todos los rincones del país para que los recursos públicos sena mejor focalizados, al menos en o que tiene que ver con los subsidios. Hay que identificar más formas de focalizar el dinero de ayuda pública y castigar a los avivatos; estos recursos deben ir más a los habitantes y no se distribuidos de acuerdo con el lugar donde viven; hay mucho estrato 4 o 5, que necesita más ayuda que un estrato 2 o 3; la diferencia es el lugar donde viven, pero la pobreza no tiene ubicación de casa, es decir, las necesidades no tienen estrato. No puede ser que una persona que viva en estrato 4 que perdió su empleo tenga que irse a vivir a casas estrato 2 para poder aliviar sus servicios. Es una tarea que en hora buena ha empezado Planeación Nacional y que seguramente dará buenos resultados.

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