Editorial

La tributaria no es el único reto de la economía

Desaceleración, inflación, desempleo, tasas de interés altas y deuda externa son algunos temas conectados con la reforma tributaria, pero algunos no dependen de más impuestos

Editorial

José Antonio Ocampo, el ministro de Hacienda de Petro, no la tiene fácil. Su nombre es garantía de conocimiento y credibilidad de lo que está haciendo al frente de la cartera económica, pero su monotema tributario puede llevarlo a cometer descuidos que indefectiblemente determinarán el rumbo del gobierno por los próximos cuatro años. Tuvo la audacia de radicar el proyecto de reforma tributaria al día siguiente de la posesión el pasado 7 de agosto; logró elaborar un contenido breve, solo unos 80 artículos bien argumentados, y un monto preciso a recaudar (meta mega) de $26 billones; tres acciones que pareciesen menores pero que no lo son en un país acostumbrado ya a discutir reformas tributarias anuales y mal hechas. Y un logro no menor es que la tributaria de Petro tiene mucho garrote y cero zanahoria en un estatuto tributario de casi mil artículos, algunos sin reglamentar, y que es el epicentro de todos los problemas tributarios del país. Es casi seguro que el Congreso de la República elabore una ponencia muy a favor del Gobierno Nacional y que la tributaria de Ocampo y Luis Carlos Reyes, director de la Dian, no tenga el apellido “estructural”, así esté lo más cercano a ese anhelo de las autoridades económicas. Antes de octubre habrá humo blanco y las reglas contributivas habrán cambiado una vez más para 2023, y el cruce de caminos que enfrentará Ocampo y sus colaboradores, una vez salgan de los impuestos, es qué van a hacer para volver a llevar la inflación a la franja fijada por el Banco de la República, de entre 2% y 4%, teniendo en cuenta que hoy está en casi 11% y que la variación de los preciso mensual está subiendo uno por ciento, la situación más grave en casi un cuarto de siglo. No es muy clara la relación estricta y técnica entre más impuestos e inflación, pero para muchos contribuyentes afectados, que también son consumidores, los días que los esperan en enero no serán tan fáciles. Las medidas adoptadas por la administración anterior para bajar la inflación no sirvieron para nada, pues golpeaban a los productores nacionales abriendo el mercado local a productos baratos del exterior y además nunca se hicieron efectivas. La inflación está fundamentada en dos situaciones: el alza de 25% en promedio de los alimentos cada mes y la misma situación con los servicios públicos que crecen 30%. De la mano del Ministerio de Hacienda debe haber alguna fórmula para que el IPC vuelva a su franja, lo cual no ocurrirá antes de dos o tres años, lo que quiere decir que Petro tendrá que trabajar hombro a hombro con sus ministros de economía para que la gente no perciba que durante su mandato todo estuvo muy caro. La advertida desaceleración del crecimiento económico sí es una realidad que tiene que ver con el fin del rebote postpandémico y las consecuencias de la guerra en Ucrania, vía costos de la energía (gas y carbón). Alguna cosa también debe hacer Ocampo para lograr que la economía crezca en 2023 más allá del tradicional 3%, y la idea de su colega de Minas sobre el decrecimiento no son muy lógica. Los electores de Petro lo llevaron a la Casa de Nariño para que bajara los precios, los intereses de los créditos y generara más empleo, y en todo ese marco, su tributaria no ayuda, y por ahora es el único tema que le va a ocupar una buena parte de su agenda en sus primeros cien días de gobierno.

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