Editorial

La verdadera locomotora de la clase media

<p>No es la agricultura, la minería, la infraestructura, o la innovación, lo que está moviendo la economía es el consumo</p>

La mejor definición de clase media es la que nos brinda el economista, Jorge Iván González, cuando plantea que “la primera condición para pertenecer a la clase media es no ser pobre” y a renglón seguido corrobora que entre 2002 y 2012 el porcentaje de pobres bajó de 49,7% a 32,7%, así que la clase media estaría aumentando, de acuerdo con los estudios de la Misión de Movilidad Social, en donde los autores se preguntan por el ascenso de la clase media en Colombia. La investigación académica en mención es clave en estos momentos para entender la dinámica del consumo que se ha convertido en el verdadero pilar de la economía colombiana.

El estudio compara el grado de movilidad entre los países de la Alianza del Pacífico con Brasil y concluye que es alta en Chile, México y Perú, y es baja en Brasil y Colombia. Y es que dicha, en palabras de González, “movilidad es una característica fundamental de las sociedades abiertas y, por tanto, debería ser un objetivo explícito de la política económica. Si el aumento del ingreso está acompañado de mejores niveles de educación y de participación, la democracia se cualifica. Y, además, como decía Keynes, el mayor ingreso estimula la capacidad de consumo y el crecimiento es sostenible. Por sí solo, el mejoramiento del ingreso es una meta loable pero no tiene una relación directa con la movilidad social. No hay movilidad cuando el ingreso promedio aumenta sin cambiar la distribución. La concentración del ingreso y de la riqueza es un obstáculo estructural a la movilidad social. Brasil y Colombia tienen poca movilidad social por una razón sencilla: en ambos países la desigualdad es grande”.

Es cierto que hay mucho por trabajar en materia de movilidad y sobre todo de generar mejores condiciones para que las familias dejen de ser pobres. Pero las posibles políticas públicas que se articulen con esa intensión deben primero basarse en una amplia conciencia social y política de que la clase media, esa que no es pobre ni rica, es el pilar fundamental de la economía colombiana y que se debe proteger a toda costa con reformas estructurales. Un país desarrollado se caracteriza por una franja gruesa entre pobres y ricos que mueven el consumo, generan empleo, se educan y son los mayores desarrolladores de innovaciones. Y en ese orden de ideas, Colombia debe caminar en esa ruta, máxime ahora que están las condiciones dadas para entrar al club de las buenas prácticas de la Ocde, en donde la llamada clase media es el núcleo social.

Ojalá la campaña presidencial que se avecina tenga a la clase media como una verdadera locomotora de desarrollo. Y cuando hablamos de clase media, casi que utilizamos esa palabra como el núcleo del consumo en la economía moderna.