Las cajas deben ser las rectoras de la formalidad
viernes, 3 de octubre de 2025
Hay que dar un golpe de mesa a las cifras de empleo e informalidad y son las cajas de compensación las llamadas a liderar la nueva forma de informar los datos trabajo formal
Editorial
El Departamento Administrativo Nacional de Estadística, Dane, lleva más de siete décadas compilando la información estadística rectora de la economía colombiana, amparado en el artículo 59 de la Ley 489 de 1998 y el Decreto 262 del 28 de enero de 2004, que la hacen responsables de la planeación, el levantamiento, el procesamiento, el análisis y la difusión de las estadísticas oficiales de Colombia, no solo lo que tiene que ver con los indicadores económicos, sino con todos los aspectos sociales, y es un rol y son unas funciones avaladas por la banca multilateral y por la Ocde, visiones externas que han respaldado tal institucionalidad estadística, pero al ser un departamento administrativo, perteneciente a la rama ejecutiva del Estado, no deja de levantar sospechas en algunos momentos como los actuales.
Preguntas como: en dónde merca el Dane, a quiénes les preguntan sobre el empleo, qué bases de datos tiene en sus haberes, con qué otras entidades cruza su información, tales como Registraduría, Fuerzas Militares o notarías; son muchas cuestiones que se han hecho desde tiempo atrás y que lleva a plantear nuevas soluciones, como por ejemplo un dato más preciso y objetivo sobre el problema más grande Colombia: la informalidad.
Las cifras oficiales dictan que en el trimestre de mayo a julio de 2025, hubo 13,3 millones de empleados informales, es decir 55% del total de ocupados en el país, o lo que es lo mismo, más de la mitad de la fuerza laboral trabaja sin seguridad social ni protección legal formal. En las zonas rurales, dicha informalidad es superior a 83%. Los trabajadores independientes o llamados por cuenta propia son los más numerosos, 63%, lo que identifica los menores ingresos fiscales para el Estado, baja productividad y una economía de sobrevivencia.
Por todo lo anterior, debe surgir -por iniciativa de las cajas de compensación- que se brinden cifras más reales sobre la formalidad y sus bondades. Es el exitoso sistema de compensación colombiano el que debe liderar otra manera de medir la economía y mostrar el verdadero impacto de la formalidad en las familias; una manera puntual de justificar ese 4% de impuesto parafiscal, derramando en información para la transformación.
En Colombia funcionan 42 cajas, solo un puñado muy exitosas, piedra de toque para transformar los datos de empleo y formalidad; solo ellas saben cuántos trabajadores hay activos, en qué mes se genera más empleo formal, cómo varían cada mes las afiliaciones, en dónde se ubican, en qué empresas y sectores trabajan los colombianos con una nómina.
Las posibilidades son enormes si entre las más exitosas modelan una estrategia para hacerse valer más entre las 14 millones de familias que hay en Colombia, lo que sería un verdadero salto en los datos mensuales de empleo, formalidad, parafiscalidad y sana competencia entre las regiones.
No es necesaria ninguna reforma, ni mucho menos meter a la polémica Superintendencia de Subsidio Familiar en el cuento, mucho menos a los ministerios de Trabajo o al mismo Dane, es una vieja idea que deben liderar las más grandes y exitosas, sobre las que se debe construir el nuevo y necesario sistema de información.
Si la gente no le cree a las cifras de empleo o informalidad del Dane, por ser parte del Gobierno, sí le creerá a las del sistema unificado de información sobre el trabajo o la parafiscalidad de las cajas, pues nadie como ellas tienen la credibilidad de los trabajadores.