Editorial

Las lecciones de Medellín en el cambio de cultura

<p>El tranvía de Medellín solo tiene una explicación y es que en esa ciudad trabajan de la mano empresarios, medios y políticos en función social</p>

La transformación de Medellín ha pasado del marketing urbano a una realidad palpable que está cambiando para bien la vida de las personas. De ideas y conceptos etéreos como la ciudad más innovadora y emprendedora, ha pasado en muy pocos años a mostrar resultados concretos de desarrollo social en función de la cultura ciudadana. Las muertes violentas se han reducido a mínimos históricos y los pobladores de la llamada Área Metropolitana que congrega a los municipios del Valle de Aburrá gozan de un sistema de transporte público líder en Colombia. ¿Por qué Medellín ha demostrado que sí se puede transformar una sociedad?

Hay varias situaciones que emergen como repuestas a esa pregunta. La primera es que la sociedad civil en Medellín trabaja unida a través de instituciones físicas que se transforman en instituciones intangibles que se expresan en conceptos como “todos por la vida”, “Medellín la más educada” o “cultura metro”. Son solo tres de las ideas generalizadas que se han interiorizado entre los pobladores de Medellín, Envigado, Caldas, La Estrella, Itagüí, Sabaneta, Bello, Copacabana, Girardota, Rionegro y Barbosa, municipios ejes de la transformación de Antioquia y que se han convertido en los verdaderos nuevos valores que están sepultando la vieja Medellín violenta y narcotraficante.

La Capital de Antioquia no es una ciudad muy grande en superficie, solo 328 kilómetros cuadrados, donde habitan unas 2,2 millones de personas, pero sus logros en bienestar social y calidad de vida han hecho que la población neta de todo el Valle de Aburrá, que supera las tres millones de personas, goce de una organización y desarrollo superior. Medellín y Antioquia son un ejemplo de que el trabajo mancomunado entre empresarios, medios de comunicación y políticos da resultados cuando hay un propósito superior.

Desde hoy comienzan las pruebas reales del Tranvía de Ayacucho, un sistema de transporte masivo que está integrado al metro como solución a los acentuados problemas de movilidad de Medellín. La obra como tal, que  solo cuenta con unos 4 kilómetros de extensión, beneficiará a 90.000 personas diariamente y tuvo un costo no superior a los $700.000 millones, pero a pesar de su tamaño es más grande su impacto como mensaje de superación, perseverancia, pujanza y entereza cívica de que sí se puede avanzar si todos los actores sociales se ponen de acuerdo y se ataca la corrupción en los contratos públicos.

Medellín deja lecciones de que sí se puede evolucionar, pero para lograrlo se deben tener las piezas de la administración pública bien ajustadas. Nada de eso se pudiera si no existiera un conglomerado empresarial comprometido con la ciudad como es el Grupo Empresarial Antioqueño y mucho menos se podría si no cuidaran las Empresas Públicas de Medellín, dos valores que se suman y transforman.