Editorial

Las obras en pistas de los aeropuertos

Se empezarán trabajos en una docena de aeropuertos, ojalá esta buena actividad no genere traumas en los servicios.

La tercera fase de Transmilenio en Bogotá que incluía obras en la Avenida Eldorado fue recibida con aplausos cuando fue anunciada con bombos y platillos por la administración de turno de la época.Las 21 macro obras que transformarían las arterias viales de Cali también se aceptaron con emoción en una ciudad asfixiada por el tráfico. La doble calzada que en su momento unió a Medellín con una parte del trayecto al Aeropuerto José María Córdova en Rionegro se respaldó por todas fuerzas vivas de la Capital de Antioquia. Todos estas obras de infraestructura han sido muy bien intencionadas, han estado financiadas y festejadas por los constructores victoriosos de las licitaciones.Pero también tienen en común que en su desarrollo han generado mucho estrés urbano entre los usuarios, al punto de enfermarlos hasta convertir un anhelo de prosperidad en rechazo al mismo desarrollo vial. La causa de esta situación no es otra que la irresponsabilidad de muchos constructores inclumplidos que se ganan las licitaciones para solucionar problemas de caja corporativos, pero nunca para ejecutar con honradez las obras y ayudar con su trabajo a la evolución del país. Y en esta trama no están solos los contratistas, están también los gobernantes responsables de auditar las obras.Ahora la Aeronáutica Civil anunció durante la semana que termina que a lo largo de este año se tiene programada la repavimentación de una docena de pistas con el fin de mantener segura la operación de los terminales aéreos. Entre ellos el Antonio Roldán de Pasto, José María Córdova de Rionegro, Rafael Núñez de Cartagena, Las Brujas en Corozal y Gustavo Rojas Pinilla de San Andrés, entre otros, pero desde ya el tema nos preocupa porque la competitividad de un país sin carreteras como el nuestro está descansando sobre la eficiencia en los terminales aéreos, el servicio al cliente en las aerolíneas y en el respeto del tiempo de los pasajeros por los operadores aeroportuarios. Ojalá las bien intencionadas y necesarias obras en algunos de los aeropuertos más importantes, sean un ejemplo de coordinación por parte de la Aeronáutica y que la situación no se sume a los incumplimientos tradicionales de las aerolíneas, ni al plan reglamento que no se ha solucionado con los operadores. Colombia no puede vivir sin carreteras, con aeropuertos ineficientes y con empresas aéreas incumplidas. Las cifras nos demuestran que el número de pasajeros ha aumentado a niveles récord y que cada vez será más el número de pasajeros que utilizarán un avión para sus desplazamientos, esa es una realidad del mercado, de las tendencias internacionales y una consecuencia de no tener buenas carreteras. Y es situación debe contar con servidores públicos calificados que no sean inferiores al reto.