Editorial

Los becados las prefieren privadas

<p>Detrás de la decisión de los estudiantes de bajos recursos de estudiar en universidades privadas hay una seria alerta</p>

Detrás de la crueldad del matoneo en redes sociales entre universitarios por la extracción social de algunos estudiantes de bajos recursos premiados con becas estatales, hay muchas alertas educativas, y obviamente sociales, que deben hacer pensar a las instituciones universitarias y a la esfera educativa en general. Los jóvenes son muy crueles entre ellos y cuando más niños peor; queremos decir con esto que no tienen reparo en medir sus palabras y comportamientos, ni mucho menos en medirse a la hora de juzgar a otros similares, una clara consecuencia de mala educación y poco seguimiento social que les hacen sus padres o familiares.

El matoneo o el bullying no es nuevo en la sociedad, es solo que ahora se ha elevado a una acción individual reprochable y con graves consecuencias; siempre ha existido en una sociedad moderna que reproduce comportamientos competitivos, llenos de indicadores de supremacía. En las empresas es el típico acoso laboral que se hace entre compañeros o desde los jefes inmediatos a sus subalternos. Esta semana fue noticia el matoneo que les están haciendo en las redes sociales a los estudiantes becados por el Estado en las universidades privadas, una noticia que se convirtió en ‘tendencia’ (de lo que se está hablando con más insistencia en Twitter) y que debe hacer pensar a la sociedad. Pero eso no avanzará y desde todo punto de vista es condenable. 

El punto en el que queremos hacer énfasis es por qué un joven buen estudiante merecedor de una beca estatal se inclina por una universidad u otra. Casi todos los becados han sido seducidos por la educación privada en universidades de gran renombre y calidad, dejando de lado las públicas, que también son de calidad e incluso mejores. Quizá hay un mito y reflexión para otras, y es que las instituciones educativas públicas tienen mayores exigencias académicas, menos oportunidades hacia el futuro, son inseguras y no hay certidumbre de cuándo termina un semestre. Mientras que todos esos anteriores mitos o realidades en la esfera privada no existen.

¿Por qué universidades como la Nacional, la de Antioquia o la del Valle no hacen publicidad en los colegios ni tratan de reclutar a los mejores estudiantes del país? ¿Por qué los becados las prefieren privadas en lugar de públicas? ¿Quiénes están llegando a las universidades públicas y cuáles son sus logros académicos? Hay algo en el ambiente de los estudiantes de los colegios, de sus padres y de las mismas universidades que no ha salido a flote y que nos lleva a pensar en acciones profundas para corregir muchas situaciones. Los estudiantes, los profesores, el campus, las bibliotecas, la tradición, la tecnología, los edificios, entre otros aspectos, son fundamentales para seducir a un estudiante.