Editorial

Los disparos al aire de la Misión Cafetera

<p>No le salió bien al Gobierno la Misión encargada a Juan José Echavarría de diagnosticar la situación de los cafeteros.&nbsp;</p>

La icónica campaña publicitaria de Davivienda que habla sobre ‘su dinero puede estar en el lugar equivocado’, bien se puede aplicar a las  inoportunas conclusiones y recomendaciones que la llamada ‘Misión Cafetera’ le hizo al sector cafetero, que ha demostrado durante los últimos 24 meses una capacidad de reinversión sin precedentes en la valiosa historia institucional de la Federación de Cafeteros. Comencemos por hacer un apunte de corte político: cómo es posible que los encargados de elaborar el diagnóstico hablen de crisis cafetera en un momento en que la libra del grano está a US$2,30 en los mercados internacionales; que las cifras de cosecha son récord; que la carga de café de 125 kilos esté casi a $900.000 en los comités y que el dólar esté acompañando a los exportadores a tasas de cambio superiores a los $2.020. Se le olvidó a los técnicos coordinados por el ex codirector del Banco de la República y asesor de la campaña presidencial del presidente Santos, Juan José Echavarría, que en ‘tiempos de guerra no se dice misa’.

Ahora bien. Hace un año las cosas eran diferentes y los cafeteros eran noticia por haber puesto en jaque al país económico con sus paros en las carreteras, protestas que lograron extender en el tiempo  el 4x1000 y que de las arcas del Estado se les dieran más de un billón de pesos. En ese momento de frenesí político el informe de esa comisión de sabios y técnicos era oportuno, pero no ahora que todo el panorama ha cambiado. Ya mencionamos las cifras de la mini bonanza cafetera, pero más allá hay todo un proceso de reconversión liderado por la Federación, una situación que pareciera desconocer el codirector del Emisor. 

Dicen los cafeteros que “el contenido del Informe no solo adolece de propuestas serias y viables en lo estratégico sino que carece de contexto, tanto en lo que tiene que ver con las características y realidades de la actividad y la población cafetera, como con relación al enfoque y prioridades determinados por el gobierno”. Así mismo señala que las conclusiones presentadas “denotan un tratamiento parcializado e incompleto de los temas abordados; que cae en la ligereza de hacer afirmaciones carentes de sustento, y que realiza recomendaciones en favorecimiento de los eslabones más fuertes de la cadena de comercialización del café, sin haber tenido en cuenta los efectos que las reformas propuestas puedan tener sobre el ingreso y bienestar de las más de 560.000 familias cafeteras del país”.

La Misión se olvida de los resultados de las elecciones cafeteras de hace un mes cuando más de 350.000 personas renovaron sus cuerpos directivos, pero en lo que más se equivoca es en enfatizar en el producto por encima de la sostenibilidad de las familias caficultoras que lo producen.