Editorial

Los emprendimientos que perduran

El emprendedor debe entender que su idea nace para triunfar, no para ser vendida, ese es el ADN de casi todas las ideas que perduran en el tiempo.

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La semana que termina se conoció que una de las compañías más importantes de las últimas décadas, Google, abrirá durante el segundo semestre aceleradoras de emprendimientos en países de la región como México, Argentina y Colombia. La noticia no es un hecho menor, será un gran acontecimiento que pone al descubierto una moda que se puede volver tendencia empresarial con el paso de los años, y es que América Latina -poco a poco- se está convirtiendo en la región en donde el emprendimiento hace cuna para crecer y revolucionar el mundo.

El objetivo del proyecto llamado Google Launchpad es enseñarles a las startups locales los modelos empresariales que pelechan en Silicon Valley. En pocas palabras, es acelerar las llamadas “fintech”, iniciativas que surgen del encuentro finanzas y tecnología para que lleguen a buenos puertos. Google Launchpad es el programa de incubación desarrollado por la multinacional de internet en países emergentes como Colombia y que consiste en trabajo mancomunado, durante dos semanas, de equipos de alta calidad de Silicon con empresarios locales.

El programa ha sido realizado en otros países como Nigeria e Israel y es toda una gran oportunidad que Colombia esté entre esos destinos. La importancia de estos ángeles para el emprendimiento radica en que abre las puertas del mercado global y aporta grandes credenciales para conseguir financiamiento de inversionistas de los países de desarrollados.

Hay un punto bien importante en esta iniciativa y es lograr que los emprendedores digitales, de la nueva economía o de la cuarta revolución industrial, no solo tengan ideas innovadores, pongan a andar sus emprendimientos, sino que los construyan para trabajar por muchos años. Los emprendimientos digitales locales no llegan a la maduración empresarial porque son diseñados para ser vendidos. En EE.UU., Corea del Sur, Alemania e Israel, los emprendedores no salen de sus emprendimientos, los mantienen a pesar de las capitalizaciones de grandes inversionistas. En América Latina, Colombia no es la excepción, los emprendedores tienen la meta de vender sus ideas sin llegar a verlas consolidarse.

Casi todas las grandes empresas estadounidenses, pioneras de la cuarta revolución industrial, mantienen a sus fundadores en los cuadros directivos o como socios importantes, mientras que en los países emergentes, los emprendimientos disruptivos cambian de dueños; es decir, son ideas que nacen para ser vendidas, no desarrolladas por sus padres o fundadores. Detrás de cada emprendimiento que logra convertirse en una revolución en su sector, hay un fundador que trabaja cada día como si fuera el primero, con esa misma ilusión. Las capitalizaciones, las rondas de accionistas, los socios estratégicos y los capitales padrinos pueden convertirse en el verdadero objetivo de muchos emprendedores, incluso solo buscan ese capital para retirares y salir a emprender otra idea novedosa y así encontrar una manera de saltar de empredimiento en emprendimiento sin mucha coherencia corporativa. El emprendimiento es el camino de la transformación social para una país como Colombia, pero en el ADN de cada idea novedosa y de cada pionero debe haber compromiso real de que su emprendimiento tiene futuro en sí mismo, que no es una manera de conseguir unos socios para vender.

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