Editorial

Los impuestos ambientales que se vienen

<p>Colombia es altamente vulnerable en términos ambientales y eso solo se hace frente con tributos para blindarse.</p>

Por estar ubicado en el trópico, por carecer de sanciones por daños ambientales agravados y por no contar con una estrategia preventiva, nuestro país es uno de los más vulnerables frente a las consecuencias que traerá el inminente cambio climático; y al mismo tiempo, es también uno de los pocos países que no tiene prevista esta situación en términos tributarios. Hablar de más impuesto es un suicidio y más en tiempos electorales, pero es un asunto que no da espera en el debate público de cara a los problemas que se le vienen a Colombia en los próximo años.

El pasado episodio de la sequía en el Departamento de Casanare nos deja varias lecciones que van desde revisar el papel de las corporaciones autónomas regionales hasta mirar cuál es el plan de Colombia para enfrentar el cambio climático más allá de campañas pedagógicas y una que otra estrategia que tiene que ver con atención de desastres. Es un hecho que nuestro país es muy vulnerable y que el calentamiento de uno o dos grados en los próximos años es solo cuestión de tiempo, una verdad revelada a la que no se atiende. Los temas crudos del clima no deben ser un asunto de una oficina de atención de desastres, debe ser un capítulo serio en el Departamento de Planeación Nacional.

Sabemos que Colombia, como cualquier país del mundo, está preparado para atender desastres de última hora y que en esos momentos siempre se activa la solidaridad nacional y mundial, pero cuando hablamos de tragedias ‘gota a gota’ como puede ser el cambio climático, las cosas cambian. Es un hecho que si el país quiere ingresar a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) tendría que hacer una reforma fiscal que aumente el recaudo de impuestos relacionados con el medio ambiente. 

Ayer comentábamos que en Colombia los ingresos tributarios relacionados con el medio ambiente llegan a 0,7% del Producto Interno Bruto, mientras que el promedio de los países miembros de la Ocde es de 1,6%. Es necesario hacer que la contaminación sea cara y el daño ambiental sea un crimen duro de pagar, para que haya un uso eficiente de los recursos, como por ejemplo, los combustibles fósiles. Los apuntes están consignados en las tesis que se desprende de la Evaluación de Desempeño Ambiental hecha por la Organización, de cara al proceso de adhesión, en donde se realizan 45 recomendaciones para que el país valore el medio ambiente como base para que la economía sea realmente sostenible.

La Colombia de los próximos años debe ser mucho más consciente de sus riquezas naturales, pero más que de eso, debe estar estructurada tributariamente para proteger esos bienes para las nuevas generaciones. Colombia debe tener un futuro verde.