Los precios van a seguir su tendencia al alza
miércoles, 17 de noviembre de 2021
Casi al mismo ritmo que la economía crece y el consumo se dispara, los precios de los servicios y alimentos lo harán al nivel similar, realidad que forzará las alzas salariales
Editorial
La cabalgata inflacionaria que experimenta la economía no es exclusiva de Colombia, el mundo vive una auténtica resurrección del costo de la vida ocasionado por la destorcida pospandemia de los precios de las energías, la demanda de containers y la disparada de los fletes de transporte. Las tarifas altas no son buenas para nadie, ni para los productores ni para los consumidores, una tendencia que parece se va a instalar hasta bien entrado el primer trimestre del nuevo año, situación que obligará a los bancos centrales a subir las tasas de interés para ir desinflando la variación al alza de los precios. El elevado costo de vida, medido por las canastas familiares o las cestas de precios, está protagonizado especialmente por los alimentos que dependen de materias primas, abonos, químicos, fungicidas y transporte para ser producidos. El ejemplo más básico es el de dos productos como son los ajos y las lentejas, importados desde China que han experimentado alzas hasta de 50%, obligando a las familias a sustituirlos.
Los otros dos productos que están experimentando fuertes alzas son la carne y queso, presionados por los concentrados fundamentales en la alimentación animal. Es un hecho casi dado por descontado que los alimentos, los servicios públicos y el transporte llevarán a que la inflación para este año esté más cerca de 6% que de la meta techo de 4%; una situación que se mantendrá a lo largo del año hasta que las tarifas vuelvan a estabilizarse, pero todo dependerá de las cadenas de suministros, el transporte internacional y la siempre amenaza a las importaciones o como es la tasa de devaluación. La evolución de la variación de los precios de la canasta familiar durante los próximos meses, bien entrado 2022, dependerá esencialmente de la habilidad del Banco de la República para manejar la coyuntura actual marcada por aspiraciones de mantener el crecimiento por encima de 5% para el nuevo año, un dólar adecuado para las importaciones y la tasa de intervención; un panorama que no es tan halagüeño en tiempos de elecciones. Pero si por Colombia la situación empieza a ser preocupante, en Estados Unidos, el principal socio comercial, la tasa de inflación interanual en octubre de 6,2%, es un dolor de cabeza, pues es la mayor cifra registrada en 30 años. También son los alimentos, combustibles, vehículos y la vivienda, los productos que han hecho revivir la pesadilla del alto costo de vida.
El problema es que los salarios no alcanzan para la compra y golpea en especial a los más pobres en los países en los que ese costos se focalizan en los alimentos, un gasto de una necesidad básica que no se puede aplazar y que es bien difícil postergarlo o remplazarlo. Los consumidores ven cómo disminuye su poder adquisitivo sin que el ingreso salarial aumente al mismo ritmo.
Seguramente, este va a ser el caballo de batalla de las centrales obreras en Colombia ad portas de comenzar oficialmente la discusión sobre incremento en el salario mínimo. Hace varios años que el Gobierno Nacional debe decretar el porcentaje del alza salarial, pues empresarios y trabajadores no se ponen de acuerdo, ahora que la inflación está por encima de las metas del Emisor va a ser muy difícil que el alza sea inferior a la inflación causada y no la esperada, además el punto de productividad no ha mejorado desde la pandemia.