Los retos que se le vienen a Gustavo Petro
martes, 21 de junio de 2022
Inflación, crecimiento, desempleo, grado de inversión y Venezuela son los temas claves que debe tratar el Presidente Electo, no sin antes tener un ministro de Hacienda idóneo
Editorial
La coyuntura política debe pasar de la resaca electoral a la dura realidad económica a la que se enfrentará el país a partir del próximo 20 de julio cuando se instale el nuevo Congreso y el 7 de agosto cuando asuma el nuevo Presidente de la República que llevará las riendas del país hasta 2026. Gustavo Petro debe tener en su agenda económica un enorme listado de temas dorsales para el país, todos muy importantes, pero unos más sensibles que otros: inflación, crecimiento, desempleo, grado de inversión y relaciones con Venezuela, seguro están en el check list del mandatario y de su equipo económico.
La inflación es el impuesto de pobres y cabalga a 9% anual, lo que ha obligado a subir las tasas de interés, lo que indefectiblemente frena la economía, pero esos tipos de 6% no es lo grave en materia de variación de precios, es la casi obligatoria tarea que tiene el próximo gobierno de subir el galón de gasolina y demás combustibles, no solo para disminuir el déficit de $14 billones del Fondo de Estabilización de Precios, sino para sincronizarse con los costos internacionales. No será una tarea fácil, pues ambas situaciones son muy malas: precios altos e inminente combustible más costoso, situación que acarreará protesta social, inédita en un gobierno de izquierda. El año pasado el crecimiento del PIB fue superior a 10%, el primer trimestre de este año estuvo en 8% y la banca multilateral, más las entidades de investigación, estiman que 2022 terminará en 6%. La razón de esas cifras no es otra que los precios internacionales del petróleo que están por encima de los US$117 en promedio. Pero esa tendencia se puede ir al piso si Colombia decide frenar de facto y de un momento a otro la exploración y explotación de crudo para acelerar la política de combustibles renovables.
Y si el crecimiento se ralentiza por los bandazos del próximo ejecutivo, la generación de nuevos empleos formales se evaporarán, por tanto es indispensable que haya una hoja de ruta definitiva en este tema. Solo crecer de manera sostenida en torno a 6% por varios años asegura que el desempleo se reduzca a un dígito y que los tres millones de desempleados bajen notablemente. Reducir el déficit fiscal a su cifra histórica de 2% o 3% solo se logra si hay una reforma tributaria estructural que no destruya el ejercicio de los empresarios y las personas naturales, pero ese mensaje de qué hacer en este frente será determinante para que Colombia recupere el grado de inversión perdido por no haber hecho esas reformas en los últimos años y por haberse endeudado más allá de 60% del PIB.
Recuperar el grado de inversión es fundamental y para conseguirlo debe nombrarse un Ministro de Hacienda idóneo para dialogar con las firmas calificadoras de riesgo; no se puede improvisar en ese nombre ni en lo de los codirectores del Banco de la República que deben cambiarse por decisión del Ejecutivo. Es un ajedrez fundamental en el que cada jugada cuenta y envía un mensaje determinante. Y el tema Venezuela es determinante, no solo para recuperar dicho mercado para los colombianos, sino para atender a casi tres millones de colombianos que aún viven en ese destruido país. Petro se la juega a fondo con este asunto, que es bueno y malo, lo primero por el mercado y los nacionales, y pésimo, más que malo, porque al igual que Cuba sigue siendo guarida de delincuentes.