Editorial

Más allá del sofisma del dólar a $3.000

<p>Las empresas deben encontrar recursos diferentes al dólar a $3.000 para ser competitivas, porque todo parece indicar que la moneda va a la baja</p><p>&nbsp;</p>

Hace unos años, cuando el dólar estaba en $1.800, los exportadores colombianos decían que sus ventas al exterior no progresaban por culpa de que el peso estaba demasiado revaluado. Después de eso vino la crisis del petróleo, el barril cayó a menos de la mitad, e incluso el año pasado la referencia Brent estuvo en cerca de US$30 por barril. Con todo eso, desde 2015 los industriales nacionales han tenido a su disposición un dólar en cerca de $3.000 (llegó a $3.400 en febrero del año pasado) para impulsar sus exportaciones y no lo han hecho en la medida  que se esperaba. Aún hoy, cuando se miran mes a mes los datos de producción industrial y exportaciones, salvo por contadísimos sectores, si el rubro mineroenergético no saca la cara, no hay quién marque una diferencia positiva para la economía colombiana. Ahora, en medio de una coyuntura económica que no parece fácil a la luz de los datos que arrojaron enero y febrero, los empresarios deben encontrar algo más allá del sofisma de dólar a $3.000 que los haga competitivos, ya que todo parece indicar que la moneda estadounidense estará más cerca de los $2.800 que de los $3.000 en lo que queda de año. Aunque la suerte del dólar es incierta, y los analistas del mercado se equivocan constantemente en su pronóstico, lo cierto es que hay una serie de factores que hacen probable que el dólar esté por debajo de $3.000 en este 2017. El primero de ellos es la tensión en Medio Oriente, por cuenta de los enfrentamientos indirectos entre Rusia y Estados Unidos en Siria. Mientras la tensión continúe, y el mercado siga apostando por un nuevo acuerdo de recorte en el bombeo de la Opep, el precio del petróleo seguramente estará por encima de US$45, más allá de que siga existiendo el desequilibrio entre la oferta y la demanda mundial de crudo, como lo dejó ver ayer el crecimiento en los inventarios. Más allá de eso, el dólar está débil a nivel mundial por cuenta de la decepción que ha resultado la senda de subidas de tasas de interés de la Reserva Federal, por una economía estadounidense que todavía genera muchas dudas sobre su recuperación y por lo poco que ha podido hacer Donald Trump para “hacer grande a América de nuevo”, ya que con cada día que pasa aumentan las preguntas sobre cómo va a bajar los impuestos, aumentar la deuda de la Nación y llevar a cabo su programa de infraestructura. Por si fuera poco, los extranjeros siguen comprando activos colombianos en la Bolsa, como se ve mensualmente en los informes de tenedores de TES. Todos esos factores se ven claros en el hecho de que ayer, por más que el petróleo tuvo su caída más grande del año, más de 3% en cada referencia, el dólar solo ganó $19 en el mercado local y completó 20 días por debajo de $2.900, su racha más larga en esos niveles desde 2015. En ese contexto, es claro que el dólar no puede ser lo único en que se basen los empresarios para ser competitivos.