Editorial

Mucha empresa y muy poca innovación

<p>El banco Mundial desnuda la situación del emprendimiento en la región: Mucha empresa, poca innovación.&nbsp;</p>

Circula por estos días un texto editado por el Banco Mundial y coordinado por los economistas Daniel Lederman, Julián Messina, Samuel Pienknagura y Jamele Rigolini, quienes se aventuran a desgranar la situación del emprendimiento en América Latina bajo un título que habla por sí solo: “El emprendimiento en América Latina, muchas empresas y poca innovación”1. Empecemos por traer a colación una de las tesis del libro y que debe servir a los gobernantes de la región para que diseñen políticas públicas en tal sentido: “el emprendimiento es el motor fundamental del crecimiento y el desarrollo (...) los emprendedores creativos no son una mera consecuencia del desarrollo, sino motores importantes del mismo (...) Juegan un papel fundamental en la transformación de las sociedades de ingresos bajos caracterizadas por la productividad reducida y el autoempleo de subsistencia”. 

A renglón seguido, otra cita es muy elocuente en el eterno debate sobre el papel de los emprendedores en la sociedad moderna, y es la que plantea que ellos son esos líderes sociales que transforman ideas en iniciativas rentables de alto impacto económico. Hay que detenerse a considerar este aporte, pues existe un grupo de emprendedores, especialmente los más jóvenes, quienes quieren hacer empresa para venderla al mejor postor no para rentabilizar su idea en términos de hacerla producir. No es lo mismo incubar emprendimientos que madurar negocios y hacerle crecer sus raíces.

Ahora bien, existe en la región una gran confusión entre las dimensiones de tres palabras: emprendimiento, innovación y creatividad, y muchas veces se usan como comodines políticos sin mesura, incluso como sinónimos. El emprendimiento va más allá de hacer empresas transformadoras, crear negocios rentables; la innovación está más ligada a la creación de patentes con metodología científica, no es una cuestión de cosmética; y la creatividad es una cualidad individual o colectiva más asociada con la observación disruptiva de las cosas de diferente manera o solucionar situaciones cotidianas con ideas verdaderamente transformadoras. “Hay muchas posibles razones por las que las empresas de América Latina crecen tan lentamente como lo hacen y una de ellas es la falta de innovación. La entrada no es más que el comienzo de la historia, pues las empresas necesitan innovar continuamente para crecer (o incluso para sobrevivir) (...)  Las empresas regionales introducen productos nuevos con menos frecuencia que las empresas de otras economías similares”. Vale la pena dar una marco académico al debate y empezar a ver el emprendimiento como una cultura, no como politiquería.

 1 Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento. Banco Mundial. 2014.