Editorial

‘Niño bueno o malo’, afecta el crecimiento

El fenómeno climático está muy advertido y no puede afectar el crecimiento. Debe haber un plan de contingencia

El fenómeno climático está muy advertido y no puede afectar el crecimiento. Debe haber un plan de contingencia

Una de las fábulas de Esopo más tradicionales es la del ‘Pastorcito mentiroso’, que es mucho más recordada en nuestros tiempos por la expresión “que viene el lobo”. Con el fenómeno climático de El Niño sucede más o menos lo mismo que en el cuento. Los meteorólogos anuncian -de una y otra forma- que los países andinos se enfrentarán en pocos meses un nuevo periodo seco en muchas de sus  subregiones y advierten a renglón seguido que se deben tomar las medidas necesarias para enfrentarlo y evitar perjuicios económicos y sociales. Pero sin la jocosidad del pastorcito del cuento, a ellos nadie les cree su teoría científica y nos sentamos a esperar que se venga un largo verano para empezar a hacer historias de embalses secos, cosechas perdidas, proliferación de plagas y bajos causes en los pocos ríos navegables con que cuenta el país.

El pastorcito gozó con sus vecinos haciéndolos correr con sus gritos falsos que alertaban sobre la presencia de un lobo en su comarca, y cuando verdaderamente el animal llegó nadie le creyó. Tal vez el desenlace de la historia fue dramático. El ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo y el director del Ideam, Ricardo Lozano, entre otros funcionarios, han hablado del tema en varios escenarios sin que nadie en los gremios de la producción agropecuaria y mucho menos en Planeación Nacional o en el mismo ministerio del ramo, hagan algo serio que vaya más allá de las denuncias. El país económico sabe por experiencia propia cuáles son las consecuencias de un fenómeno de El Niño leve o profundo. Lo que no se entiende es la razón por la que no se hace nada estructural en la planeación. Tal vez el verano que se pronostica al final del año sea la excusa que se necesita para seguir diciendo por qué no arrancaron las locomotoras de la administración.

La Política Nacional del Agua existe en el panorama actual, pero se requiere implementar cuanto antes. Hay muchos ministerios con ‘velas en el asunto’: Vivienda, Ambiente, Agricultura, Minas, Salud y otros más indirectos como Educación y Minas deben aunar esfuerzos para enfrentar el fenómeno climático. Según los departamentos de investigación de la banca multilateral y para el mismo Gobierno Nacional, el crecimiento económico para este 2012 y para el próximo año, será inferior a lo previsto inicialmente, y si a esta expectativa afectada por la coyuntura internacional se le suman las consecuencias que traiga el fenómeno climático que ocurre cada dos o cuatro años para la época de Navidad, las cifras no serán las mejores si se ven amenazados factores económicos fundamentales como el suministro de agua, de energía y el impacto en las cosechas.

Ojalá el Gobierno Nacional ante el fenómeno de El Niño haga algo que trascienda los anuncios.