Editorial

No hacer lo de Pilatos con la gasolina

El Ministerio de Minas tomó una decisión sobre el precio de los combustibles en septiembre. ¿Decisión política o económica?

El Ministerio de Minas tomó una decisión sobre el precio de los combustibles en septiembre. ¿Decisión política o económica?
Hay cosas en la vida que son indefendibles como es respaldar un alza de los combustibles, pues claramente es más popular pedir a cuatro vientos que el galón de gasolina o Acpm valga lo mismo que en Venezuela, Estado Unidos o Ecuador. Todo bajo el argumento de que somos grandes productores de petróleo y que ya llegamos a exportar un millón de barriles diarios de crudo, lo que nos pone en la categoría de país petrolero. Pero ojo, no es lo mismo tener petróleo, que ser petrolero.
La semana pasada el Ministerio de Minas definió el precio de los combustibles en Colombia. Recordemos que cada mes la autoridad minero-energética revisa la fórmula de ajuste y define el precio del galón de gasolina y de Acpm que regirá el mercado en cada ciudad colombiana. La decisión solo compromete al combustible corriente, dado que el tipo ‘extra o premium’ no tiene control de precio. El componente internacional en la fórmula de ajuste tiene un peso importante y si basamos este análisis en ese detalle, el galón de gasolina subiría, pues las protestas en Egipto y la situación en Siria han disparado el barril de petróleo WTI (referencia para Colombia) hasta los US$110 y el Brent (Referencia para Europa) hasta los US$116.
El pasado agosto la situación era similar y el Gobierno Nacional decidió dejar el mismo precio de julio porque ya se advertía la dimensión del paro de los transportadores y campesinos, quienes reinvindicaban -entre otras cosas- los elevados costos de los combustibles, los primeros; y el precio caro de los fletes, los segundos. Después de las manifestaciones de la semana pasada, lo que se esperaba era que el Ministerio, tal como lo hizo Pilatos se lavara las manos, no se comprometiera y dejara con el mismo precio la gasolina. Una buena decisión política, pero el trasfondo tiene un daño de difícil recuperación.
Tiene que ver con el hueco fiscal que dejaría en las arcas una eventual congelación del precio de los combustibles durante dos o tres meses consecutivos. Ya Ecopetrol tiene una carga bien importante en el presupuesto general de la Nación, y está por verse que su productividad y competitividad soporte un acto populista. De los $60 billones aproximados que vende la empresa mixta cada año, unos $20 billones llegan del mercado local. Ahora bien, si se toca ese monto de ventas domésticas, no se alcanzarían los $15 billones de utilidades netas de la empresa colombiana más importante. Y de esos $15 billones, 90% entra a un presupuesto de unos $200 billones. La noticia de los precios del petróleo en Colombia siempre tienen una cara agridulce que cuesta trabajo digerir, tal vez por este tipo de situaciones es que la política está elevado a ciencia para reducir el error o generar poca incertidumbre.