Editorial

No hay nuevo escenario para el dólar y el petróleo

<p>Las últimas semanas el precio del &nbsp;petróleo ha repuntado y la devaluación ha cedido, pero la situación no ha cambiado para Colombia</p>

El comienzo del segundo trimestre del año está marcado por una recuperación leve en los precios del petróleo y una pérdida de ritmo de la devaluación del peso frente al dólar. Tanto el barril del Brent, como el WTI, superan los US$40, situación que ha repercutido en la tasa de cambio en Colombia, que de llegar a cifras récord de $3.300 por un dólar, el valor ha bajado hasta el techo sicológico de los $3.000, configurándose una cuasi-perfecta relación entre el movimiento de los costos del crudo con la divisa estadounidense: cuando el primero sube, el segundo valor baja inmediatamente.

Lo paradójico de la situación, vista con muy buenos ojos por los analistas, es que el escenario para el mercado petrolero y el cambista, es que las cosas no han cambiado de coyuntura. El rebote del precio del petróleo en el mercado internacional aún no se consolida, los últimos incrementos se deben a la proximidad este fin de semana de la reunión de los países de la Opep que quieren congelar la producción  para que el costo de este commodity se sostenga a media tabla, es decir, en la mitad de los US$100 que alguna vez costó un barril de crudo. La Agencia Internacional de Energía ha previsto que la demanda de petróleo en el mundo no repunte al menos en los próximos 24 meses, por lo que cualquier cambio de precio obedece a asuntos meramente tangenciales, más no estructurales. Mientras el sudoeste asiático, en particular China, no vuelva a tirar del carro de la economía mundial, los precios de las materias primas no tienen un buen futuro de crecimiento.

Con el precio del dólar sucede lo mismo, es un efecto reflejo: la moneda no se sostendrá por mucho tiempo por debajo de los $2.900 porque el alza del crudo no es sostenible. Claro está que el dólar ojalá se mantenga por encima de los $2.900 para que el país exportador puede recuperarse, consolidar mercado y aprovechar la docena de tratados de libre comercio que están en pleno funcionamiento. No le haría bien a la economía colombiana una revaluación del peso que haga perder competitividad, así sea solo por tasa de cambio.

Claramente, no hay un cambio de escenario económico, pero sí se empieza a ver en el horizonte una realidad elocuente, y es que la economía colombiana basada en materias primas, está logrando pasar una de las peores crisis de los últimos tiempos. No se han quebrado las familias, los bancos están fuertes, la inversión social se ha mantenido y las empresas siguen avanzando en los mercados locales e internacionales. Esto no es otra cosa que la institucionalidad económica construida en las dos últimas décadas funcionando bien. La regla fiscal, el marco fiscal de mediano plazo, el sistema general de regalías y otras 10 o 12 iniciativas técnicas están funcionando de acuerdo a lo proyectado y eso es muy bueno para el futuro del país.