Editorial

No hay que equivocarse: el Gobierno es uno solo

<p>Las diferencias entre los altos funcionarios del Gobierno deben evitarse porque mandan un mensaje de falta de liderazgo</p><p>&nbsp;</p>

El presidente Santos se quejó recientemente de la actitud de algunos de sus ministros pues advirtió que a algunos solo les interesa lo que pasa en su cartera y no tienen una visión de Estado, como si el Gobierno fuera la sumatoria de compartimientos estancos y no de una sinfonía que integra distintas políticas sectoriales con un objetivo común, el bienestar de los colombianos. Tiene razón el primer mandatario en plantear el tema y concebirlo de esa manera, pero no hay que ir muy lejos para comprobar que el director de la orquesta es el responsable del concierto y en esos términos debe exigir a sus integrantes el cumplimiento de las reglas y en caso de no lograrlo, actuar en consecuencia.

No quiso el mandatario dar nombres concretos sobre el tema, dejando al arbitrio de los interesados especular acerca de asunto, pero sin duda que hay algunos temas en los que en su manejo se compromete más la acción de Gobierno que en otros. El manejo de la política económica, los asuntos sociales, la defensa y seguridad y las relaciones internacionales encabezan la lista.

En ese orden, asuntos puntuales como las posiciones duales sobre la forma de erradicar los cultivos ilícitos, las discrepancias sobre las negociaciones de paz que se adelantan en La Habana y en el campo económico, el rumbo de la política fiscal son asuntos que aunque tienen una ejecución sectorial de la política, corresponde a la máxima dirección del Estado el diseño de las estrategias y en esos términos no puede haber confusión si se tiene claridad sobre el rumbo.

Siendo más específicos, las declaraciones del Vicepresidente al advertir que se sentía “fatigado” por el Ministro de Hacienda debido a que no asigna los recursos para las obras públicas, de las que Vargas Lleras es el encargado de su aceleración por orden del primer mandatario. De inmediato, el Minhacienda respondió alegando responsabilidad en el manejo de recursos.

Sin duda que el país reclama un empujón en el desarrollo de la infraestructura, considerado uno de los lunares contra la competitividad y el desarrollo, y es evidente la preocupación del Vice sobre el asunto, pero hay que tener cuenta que Hacienda y Planeación tienen como función hacer una conciliación entre los objetivos del desarrollo y la disponibilidad de recursos, que en este momento no son los más abundantes, por las razones conocidas.

No es esta la primera vez que se cuestiona el trabajo de un ministro de Hacienda en Colombia, pues hace apenas unos días, la negociación de salarios con los maestros estuvo supeditada a la disponibilidad fiscal. Sin duda que no es conveniente este o cualquier enfrentamiento al interior del Gobierno porque manda señales equivocadas acerca de la unidad que debe existir.