Editorial

No nombrar al gerente de los cafeteros es un error

<p>Los cafeteros decidieron juntar la elección del gerente con la jornada electoral de octubre, una decisión que politiza más la golpeada Federación.&nbsp;</p><p>&nbsp;</p>

Crece las incertidumbre en Colombia sobre quién será el nuevo gerente de la Federación Nacional de Cafeteros. Una situación compleja por lo que la interinidad gremial representa para una comunidad de tres millones de personasen el sector rural. Está claro que la crisis prolongada del sector productor del granó afectó la ejecución de los programas de apoyo a los cultivadores, una realidad que no se puede prolongar ante la indecisión de nombrar un gerente en propiedad.

Hay quienes promueven que la decisión se tome en el congreso ordinario de diciembre.Es inadmisible una interinidad que puede implicar un año, mientras en enero del 2016 inicia labores un gerente y prende motores, completaría un año acéfala la gerencia.

El nombramiento es inaplazable porque las fuerzas opositoras a la Federación y al Gobierno  requieren un vocero que enfrente la situación, responda y oriente a la agremiación. Permitir que el proceso electoral que se avecina, con la elección de alcaldes, concejales, gobernadoresy diputados se caldee en las zonas cafeteras o se mezcle inapropiadamente, es toda una bomba de tiempo que desencadenará en un nuevo paro cafetero. El gremio es una institución con presencia en 350 municipios y exponer la gerencia a ser parte del debate electoral de octubre traerá consecuencias como la politización absoluta de la decisión.

La prolongación del proceso puede desbaratar el gremio, porque al no existir candidatos claros surgen múltiples  con varios intereses políticos -se habla de 36- y lo que hoy está dividido en dos, puede quedar en 15 pedazos. No hay quien oriente el proceso dentro del gremio, el gerente encargado aspira así como muchos otros funcionarios, por lo tanto también se puede desbaratar la administración en medio de la lucha interna.

Los comités sin orientación están postulando seleccionando y olvidando que esta decisión es compartida con el Gobierno Nacional y si se da un empate de intereses, será el Ejecutivo quien decide el nombramiento. Por lo tanto están jugando solos, lo que es una equivocación.El mercado internacional ve con alarma queel activo más importante de Colombia, la denominada institucionalidad, sin vocero pierde credibilidad. Por su parte, la llamada Dignidad Cafetera aprovechará este vacío para fortalecerse, lo que puede hacerle más mella a la Federación, hasta poner en duda su legitimidad. El Gobierno tiene la obligación de liderar este proceso, no solo porque le compete legalmente participar en él, sino porque la Federación de Cafeteros es su contratista para administrarel Fondo Nacional del Café, ejecutor de las políticas públicas cafeteras.

Llego la hora de actuar. El conocimiento del presidente Santos es un activo para que juegue ese papel con la autoridad que tiene por ser de la casa. Los dirigentes deben desprenderse de sus ambiciones y de una autonomía que debe servir para concertar con autonomía una fórmula que todos satisfaga y garantice la unión.