Editorial

Nuevo aire en la competencia de las líneas aéreas

Por primera vez en el mercado aéreo se abre la competencia, en donde el gran ganador será el consumidor; la consolidación del bajo costo es un hecho y un triunfo para los viajeros

Editorial

Hasta antes de la aparición de la pandemia, Avianca era la empresa de transporte aéreo dominante con gran margen de distancia en los vuelos internacionales y locales, no obstante, Colombia era el único país de la región en donde tenían cómoda presencia los otros dos grandes jugadores del sector en la región, Latam y Copa, quienes dominaban en el cono sur y el Centroamérica. Pero desde marzo de 2020, las cosas cambiaron y lo que experimentaba el sector en todo el mundo se afianzó en Colombia y el resto del continente. Las otroras grandes aerolíneas tradicionales casi que colapsaron, tuvieron que reorganizar sus números, rehacer su estrategia y reinventar el negocio; en pocas palabras, aceleraron su inmersión al mundo del bajo costo que reina en Estado Unidos y Europa, los tiquetes de menos de US$100, pero sobre todo la facilidad de viajes baratos para unos consumidores acostumbrados a pagar tiquetes locales de más de US$200 por trayectos de menos de una hora.

El primer análisis es que el mercado aéreo colombiano fue beneficiado por la pandemia con la explosión de las empresas aéreas low cost que han reactivado los aeropuertos regionales y están compitiendo con las empresas de autobuses que mantienen altos costos, pues un tiquete por tierra entre Cali y Bogotá puede llegar a $80.000 o $100.000 en temporada, dinero con el que ahora es posible ir por avión. Empresas como Satena, EasyFly, Wingo, Viva o Ultra le han mordido mucho mercado a Latam y a la otrora dominante, Avianca, que ha tenido que pactar con competidores para poder mantenerse a flote e instalar en su cultura empresarial los costos bajos y la eficiencia. Por todo lo anterior, las alianzas entre aerolíneas están a la orden del día como estrategia competitiva en un afán por subsistir en un mercado internacional más abierto, en menos de un mes, la vieja aerolínea colombiana y la segunda más antigua del mundo, se ha fusionado con Viva y Gol para crear una holding regional denominada Grupo Abra.

Los grandes ganadores de estas movidas son los consumidores aéreos, los viajeros frecuentes y hombres de negocios, para quienes ir y venir entre Bogotá, Cali, Medellín, Bucaramanga o Barranquilla, debe ser un gaje del oficio, no una manera obligada de destruir grandes sumas de dinero. La competencia ha hecho que en Colombia no sea inusual comprar tiquetes baratos para cortos trayectos. Las aerolíneas low cost eran una necesidad imperante en el negocio doméstico, tal como lo han sido en el mundo desarrollado, ya que lograron redefinir el espacio aéreo y montar a más personas en los aviones en rutas no tradicionales, que no necesariamente paren en Bogotá para hacer sus escalas técnicas o económicas.

La pelota está en las autoridades de control y vigilancia del transporte aéreo regional y local para garantizar a los consumidores que la competencia llegó para quedarse y que no puede haber nuevos monopolios, ni mucho menos acuerdos de precios o distribuciones regionales. Hay que apurar la ampliación de El Dorado y la habilitación de nuevos y mejores aeropuertos en las regiones para que más colombianos puedan moverse por el aire, hacer negocios, turismo y poder interconectar al país, tal como sucede en mercados emergentes como Brasil o México. Por ahora, soplan nuevos aires.

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