Editorial

Ojo con los ambientalistas de escritorio

Muchos intereses se están jugando en Santurbán, el Gobierno debe actuar en coherencia con las comunidades

Muchos intereses se están jugando en Santurbán,  el Gobierno debe actuar en coherencia con las comunidades
Diferentes medios de comunicación han denunciado el “golpe de mano” que estaría preparando la viceministra de Ambiente, Adriana Soto, quien se aprestaba para dar la declaratoria del páramo de Santurbán sólo teniendo en cuenta el parámetro de la altura. Los responsables del espinoso tema en los cinco ministerios reaccionaron diciendo en cadena que “no está claro dónde comienza el páramo; no ha sido especificado y eso se debe hacer con mapas e imágenes satelitales”. 
Pero en los posibles actos ligeros de una funcionaria no paran las preocupaciones sobre lo que está sucediendo en Santurbán. Lo cierto es que en 2002 esta era una región dominada por los guerrilleros del  ELN, que buscaban de nuevo su corredor estratégico hacia el Catatumbo. Cuando llegaron las multinacionales y el Estado a la zona, no solo retiraron las minas “quiebrapatas” en la región de Soto Norte, Santander, sino que trabajaron con los pequeños mineros tradicionales y con apoyo del Ministerio de Recursos Naturales de Alemania para eliminar en 2004 la utilización de mercurio en Vetas y otros municipios.
En los últimos días se han realizado reuniones entre la comunidades de la región, los alcaldes y el Comandante del Batallón Caldas, ya que desde la declaratoria del Parque Natural Regional de Santurbán se ha incrementado la presencia de ilegales en la región. La gran preocupación es sobre quién va a cuidar la eventual reserva ahora que varias empresas mineras que tenían títulos en la zona tendrán que ceder su propiedad para la conformación del parque. Hay diferentes empresas que tendrán que entregar cerca del 50% de territorio para dar paso a la nueva reglamentación de la Corporación por la Defensa de la Meseta de Bucaramanga (CDMB).
Fuerzas ilegales y quienes extraen minerales por medio de la violencia y las malas prácticas, sin método, tecnología, ni escrúpulos, ya saben dónde está el oro y nada mejor para sus intereses que los ambientalistas hayan ganado la batalla de crear el parque. La mala noticia es que los recursos con los que cuenta la CDMB ($40 millones mensuales), son insuficientes para pagar los guardabosques, cercas y monitoreos de la calidad del agua.
Por esto la preocupación en 5 ministerios de llegar a definir el páramo sin estudios biológicos, sociales, económicos, como lo ordena el Plan Nacional de Desarrollo. Lo que nos debemos preguntar los colombianos es quién debe cuidar el parque y cómo se debe definir el páramo y no dejarnos confundir por conceptos fundamentalistas. De lejos este parece ser un asunto regional, pero ojo Gobierno Nacional en Santurbán se está jugando la velocidad de la llamada ‘locomotora minera’. Ya hasta la misma Piedad Córdoba entró a jugar metiéndole palos a la rueda.