Editorial

¿Olvidarnos del barril de petróleo costoso?

<p>En buena hora la economía colombiana debe aprender a vivir en medio de un petróleo barato y sin muchas expectativas de que vaya a crecer</p><p>&nbsp;</p>

Un reciente anuncio de la Agencia Internacional de la Energía ha despertado los temores de que el precio del petróleo siga cayendo en lo corrido de este año y que incluso el valor baje de los US$20 por barril, independientemente si se trata del Brent o del WTI. La publicación la ha hecho el diario, Wall Street Journal, en la que destaca que “los precios del petróleo podrían bajar más este año porque el mercado afronta una sobrecarga enorme de su capacidad para absorber nueva oferta de productores como Irán (...) El mercado petrolero encara la posibilidad de un tercer año sucesivo en el que la oferta superará a la demanda en 1 millón de barriles diarios y habrá una sobrecarga enorme en el sistema petrolero para absorberla de manera eficaz”. Hay mucho petróleo y la demanda por hidrocarburos cotiza a la baja.

En pocas palabras, lo que plantea la Agencia en un artículo escrito por Summer Said en el diario estadounidense, se convierte en un nuevo cambio de planes para países como Colombia que desde hace varias décadas habían puesto todas sus esperanzas de exportaciones y de ingresos de dólares en el mercado petrolero. Hay mucho petróleo no solo el producido por la Organización de Países Exportadores de Petróleo, sino de los productores externos de la talla de Rusia y Estados Unidos. Según el artículo, “Irán podría producir 300.000 barriles diarios más de crudo para finales del primer trimestre y que la vuelta del crudo iraní al mercado mundial compensará inevitablemente en gran medida la caída de 600.000 barriles diarios que se espera de los productores no pertenecientes a la Opep”.

Es un escenario muy malo para países con ‘enfermedad holandesa’ crónica como Venezuela y algunos otros de la Organización petrolera que no le apostaron a una diversificación exportadora que ampliara los productos de venta en otros mercados. Está claro que esta situación obliga al Ministerio de Minas a replantear la política petrolera en función de un nuevo escenario de precios muy bajos, y al Ministerio de Hacienda para que las cuentas del Estado se rediseñen y no se hagan con barril por encima de los US$50. Más allá de las cuentas con el barril a US$20 0 US$50 hay una gran enseñanza histórica y es que Colombia es un país con petróleo, pero no un país petrolero y que por fortuna la economía no se dejó del todo impregnar de una ‘enfermedad holandesa’ como los apocalípticos económicos lo pronosticaban y presagiaban. Claro que, el nuevo escenario de precios le ha pegado al crecimiento de la economía y a las cuentas nacionales que han visto afectadas sus proyecciones, pero vemos cómo la industria está repuntando desde hace un semestre y no es propiamente por vía de la refinación de petróleo por la vía de Reficar, sino por otros sectores más dinámicos. Está bien producir y exportar petróleo, pero mejor es aprender a diversificar las exportaciones.