Editorial

Peñalosa y el plan de choque para Bogotá

<p>La movilidad es un lío para quienes andan en carros particulares, pero los vendedores ambulantes son el gran problema para los peatones</p>

La resaca electoral ya pasó hace un par de semanas y los alcaldes electos deben pasar del ‘modo candidato’ al breve momento de ‘alcalde electo’ para pasar de prisa a ‘alcalde en funciones’, pues los problemas de la Capital de la República no dan espera. El proceso de empalme con el alcalde saliente, Gustavo Petro, debe ser óptimo para garantizar que las pocas buenas cosas que se hicieron durante su polémica administración se mejoren o al menos continúen y los errores se corrijan cuanto antes.

El Enrique Peñalosa candidato dijo en campaña que durante los primeros 100 días de su administración crearía un bloque de búsqueda para perseguir a quienes le venden droga a los niños. Que implementaría una acción de trabajo en las 100 intersecciones más importantes de la ciudad para acabar bloqueos en la movilidad. Que acabaría los parqueos ilegales en las vías, ademas que pondría en marcha un plan de emergencia para tapar huecos donde opera el transporte público. Cuatro acciones que la ciudad necesita con urgencia y que transformarían la cotidianidad de los bogotanos de manera expresa. Pero más allá de esas tareas urgentes, es necesario que el alcalde electo, ya en funciones de su ejercicio, se aleje de las polémicas legales y de ese carrusel de discusiones áridas que no contribuyen a la calidad de vida de los casi 10 millones de habitantes de Bogotá. Y que tanto daño le han hecho a los bogotanos.

Una de las discusiones, por más de 60 años, es el raído tema del metro. Todos los alcaldes anteriores han sido incapaces de sacar este proyecto adelante. Ojalá Peñalosa sea la excepción a la regla. Está claro que la primera línea del metro debe ser contratada cuanto antes para que esté lista antes de que termine el mandato de Peñalosa en 2018. Si de verdad se quiere que la ciudad pase a otro nivel de desarrollo y de bienestar debe tener un metro eficiente que ayude a solucionar el problema de movilidad. No será la panacea, pero sí será una solución digna.

El segundo problema de movilidad tiene que ver con Transmilenio. Es urgente que Peñalosa saque los buses que transitan por las vías en donde hay transmilenios, como la Avenida Eldorado y la Boyacá. Pero no todo es movilidad, el peso electoral del repitente alcalde lo logró cuando habló claramente de calidad vida, tiempos de desplazamiento, de seguridad, y sobre todo de la urgente recuperación del espacio público. Los vendedores ambulantes se han tomado todas las aceras y los parques sin que las autoridades hagan nada por evitarlo. Pero el vendedor individual no es el problema, son las mafias que los ubican en los espacios públicos y las empresas que los utilizan para vender sus productos.

Peñalosa llegó sin compromisos y debe empezar a actuar rodeándose de funcionarios idóneos sin jefes corporativos.