Editorial

Petróleo caro y tasas de la Fed al alza

El precio del crudo y las tasas en Estados Unidos son datos clave para saber el rumbo de la tasa de cambio local las dos variables van alza

Editorial

La Junta Directiva del Banco de la República se reunirá mañana por primera vez con el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, como su presidente en representación del nuevo Gobierno Nacional y en medio de un panorama internacional que obliga a la autoridad monetaria a emprender un camino decidido en materia de tasas de interés, que dicho sea de paso, hoy se encuentran con tendencia a la baja en 4,25%.

La Reserva Federal o Federal Reserve System, más conocida en nuestro medio como la Fed aprobó un nuevo incremento de 0,25% de las tasas de interés en Estados Unidos, que ahora en adelante podrán fluctuar de entre 2% y 2,25%, la tarifa más alta desde hace una década cuando ocurriera la gran crisis de 2008. Es un verdadero hito para los inversionistas que en la economía motor experimente u ofrezca tipos que superan 2%. Un aumento que se veía venir, que estaba anunciado y por lo tanto descontado en los mercados emergentes, los más susceptibles a estos movimientos.

Es el tercer aumento de tasas de interés en Estados Unidos y el octavo desde que Janet Yellen, otrora presidenta de la Fed anunciara el fin de las tasas bajas o sepultar la llamada “era del dinero gratis”, pues los tipos no superaron 0,1% en mucho tiempo. A Yellen la remplazó Jerome Powell, quien aceleró el ritmo de los ajustes al alza de los intereses obedeciendo el mandato de bancos federados y del Ejecutivo estadounidense.

El mercado financiero tiene previsto una nueva reducción del costo del dinero el próximo diciembre y otras tres adicionales en 2019, situación que obliga a hacer presupuestos empresariales con unos tipos que rondarán 3,25% para el año nuevo, lo que quiere decir que muchos dólares invertidos en los mercados emergentes, como consecuencia de las tasas más altas fuera de Estados Unidos, seguramente regresarán a su sistema financiero.

Esta movida de fichas en materia de tasas se dan en una coyuntura muy buena para la economía estadounidense. En el segundo trimestre del año, el Producto Interno Bruto creció a un ritmo de 4%, lo que hizo que se elevaran las previsiones de crecimiento económico 3,1% este año. Antes se hablaba de 2,8%. Y para el próximo año se ve 2,5%, más que 2,4%, pronóstico inicial. Así las cosas, las esperadas consecuencias de la guerra comercial con China aún no se ven en el panorama.

En materia de desempleo la Reserva Federal vaticina una cifra entre 3,7% y 3,5% este año y casi pleno empleo para los años venideros, situación que abonaría la reelección de Trump para la Casa Blanca. Dice el comunicado de la entidad monetaria que la inflación se situará en niveles de 2%, justo el objetivo que perseguía desde hace dos años.

Pero si el costo del dinero en el mercado estadounidense pone interesante para inversionistas que buscan rentabilidades financieras, para los cuentahabientes que necesitan tasas bajas para comprar vivienda o consumir más, la noticia es una suerte de la otra cara del dinero. Los préstamos se encarecerán y podría haber volatilidad en el mercado, a lo ojos de los expertos. En el contexto internacional, los países emergentes serán perjudicados por el encarecimiento del dinero en Estados Unidos, pero el alza del precio en las materias primas pueden sortear a la situación y la noticia no ser tan mala. Lo que sí se puede ver es una gran dificultad para que el dólar vuelva por lo pronto a cambios cercanos de $2.900.

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