Editorial

Podemos en España, giro al populismo

<p>Exigen mayor intervención del Estado en la economía y reorientar la política económica hacia el gasto social.&nbsp;</p>

El movimiento político Podemos en España parece sacado de estas latitudes regionales en donde el populismo ha logrado calar en las altas esferas de decisión sobre cómo llevar las riendas de un país. Empecemos por decir que la propuesta de tesis económica del movimiento de indignados españoles arranca con dos aclamaciones contundentes: mayor intervención del Estado en la economía y reorientar la política económica hacia el gasto social, un par de peticiones que bien son válidas en países en vía de desarrollo y con una debilidad probada falta de instituciones.

Las últimas encuestas así lo demuestran y a un año de las elecciones para elegir mandatario del Gobierno español, los simpatizantes de Podemos (que cuentan con cinco eurodiputados) parecen acariciar no solo muchos escaños en el legislativo, sino contar con una buena posibilidad de quedarse con La Moncloa, pero falta mucho tiempo y seguramente el sistema se encargará de poner todo en su lugar. Arranquemos por decir que su propuesta económica es colaborativa construida a partir de una listado de sugerencias populares en el que el contraste de sus posiciones con la realidad económica no existe.

Expansión (3/11/2014) de la Red Iberoamericana de Periodismo Económico desglosa sus propuestas. Lo primero que proponen es establecer una renta básica universal en España que costaría US$160.000 millones, algo imposible de asumir. Como segundo punto piden una ‘nacionalización de sectores o intervención en las actividades reguladas’: telecomunicaciones, transporte, energía, sanidad, industria farmacéutica, alimentación, educación (...) ‘Auditoría de toda la deuda pública’ propuesta inspirada en Rafael Correa. El cuarto punto es ‘despenalizar la ocupación de viviendas vacías’, medida extrema para frenar desahucios. Piden una ‘reforma educativa de carácter asambleario’ en la que participen los distintos agentes que intervienen en la educación.

Pablo Iglesias, su gran líder, anunció que su aspiración sería conseguir que en cuatro años se rebaje la edad de jubilación de los 67 años que contempla la reforma de las pensiones a los 60 años, una propuesta llamativa cuando en todos los países europeos se sigue el camino inverso. Otro polémico punto es el ‘impuesto a las grandes fortunas’ en un país en donde los empresarios trasladan sus inversiones a mercados menos hostiles.

Finalmente quieren ‘aumentar el salario mínimo y fijar un salario máximo’, con el fin de reducir los niveles escandalosos de desigualdad. Toda una batería de argumentación populista que parece sacada de Venezuela, Nicaragua, Bolivia o Ecuador, países de la menguada órbita bolivariana que ha engendrado regímenes totalitarios con el común denominador de las reelecciones indefinidas.