Editorial

Prioritario que el consumidor vuelva a confiar

El Índice de Confianza al Consumidor mejoró en agosto, pero sigue en negativo. la generación de empleo es fundamental para subir el optimismo, las tasas están en cifras históricamente bajas

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Diario La República · Prioritario que el consumidor vuelva a confiar

No solo de tasas bajas que miden el costo del dinero vive el consumidor. Hay elementos de confianza que afectan mucho más las decisiones de consumo, por ejemplo, el empleo. Luego de más de un semestre de pandemia, cuarentena, aislamiento, alejamiento de las multitudes y aglomeraciones, la confianza del consumidor no regresa a terreno positivo, cosa que tiene que ver con la incertidumbre laboral que se ha instalado en la economía colombiana, sin soluciones concretas ni una hoja de ruta que le permita a las empresas generar puestos de trabajo formales, por el simple hecho de que los empresarios dan por descontado que el Ministerio de Hacienda radicará en los próximos meses un articulado de reforma tributaria, que sería la tercera en tres años de administración. No hay mucha seguridad tributaria y la financiación de déficit empieza a alinear en el camino nuevos impuestos, no en vano se contrató otra misión de expertos internacionales para que revisen las posibilidades de acción impositiva. En resumidas cuentas, no hay confianza del consumidor porque no hay trabajo y no hay trabajo por el advenimiento de otra reforma tributaria, que antes llegaba cada 24 meses, pero ahora se presenta cada doce meses. A las empresas, además de la necesaria seguridad jurídica, les urgen garantías mínimas en términos de impuestos para poder invertir ampliado sus operaciones y hacer contrataciones.

La Encuesta de Opinión al Consumidor de Fedesarrollo al cierre de agosto muestra que el Índice de Confianza del Consumidor aún está en -25,4%, un dato que sigue en terreno negativo pero muestra una mejora de 7,3 puntos porcentuales frente al mes anterior y varios más si se compara con el fondo registrado entre abril y mayo cuando la economía frenó en seco y los consumidores fueron confinados. Dice Fedesarrollo que el resultado obedece a un incremento de 11,7 pps en el Índice de Expectativas del Consumidor y un aumento de 0,9 pps en el Índice de Condiciones Económicas. La confianza de los consumidores aumentó en todos los niveles socioeconómicos, así como en cuatro de las cinco ciudades analizadas frente a julio de 2020, lo que se convierte en un buen indicio de que todo puede empezar a mejorar.

A la pregunta: dentro de un año a su hogar le estará yendo económicamente mejor, 31,7% de los encuestados respondieron afirmativamente, frente a julio cuando estaba en 30,4%. El pesimismo en el mediano plazo también presentó otra variación, a la pregunta ¿durante los próximos 12 meses vamos a tener buenos tiempos económicamente? En julio, ese indicador estaba en -60,3% para agosto se redujo a -42,2%. Poco a poco las expectativas van caminando a terreno positivo, muy a pesar de que todo sigue muy oscuro y no hay certezas. La disposición a comprar vivienda aumentó en tres de las cinco ciudades analizadas y la disposición a comprar bienes muebles y electrodomésticos aumentó en dos de las cinco ciudades relativo al mes pasado.

Es prioritario que el consumidor vuelva a confiar en la economía y los últimos meses de este 2020 serán clave para ello, no se puede olvidar que las fiestas de fin de año, y el dinero ahorrado durante la cuarentena, puede convertirse en un motor de la necesaria confianza. Pero lo más importante está en la tranquilidad del sector productivo que debe tener las condiciones para seguir trabajando por el país.

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