Editorial

Qué equivocado está EE.UU. con Venezuela

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Biden quiere pasar a la historia como el líder que restituyó la democracia en el vecino país, un juego político en el que Maduro participa, pero no respetando las reglas establecidas

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Diario La República · Qué equivocado está EE.UU. con Venezuela

Estados Unidos está dando mucho y Venezuela muy poco. Si bien el vecino país pierde una gran oportunidad para despertar a su incipiente economía entre las cenizas, con esa apertura de ventana que ofreció EE.UU. al retirar las sanciones para exportar petróleo y oro; el presidente Joe Biden pierde la oportunidad de garantizar su continuidad política como ese líder que restituyó la democracia.

El precio a pagar es obviamente alto y Biden y su equipo de asesores lo sabían: mientras a Nicolás Maduro le ofrecieron libertad para reactivar la industria petrolera del país que tiene las mayores reservas del mundo y cuya producción ronda hoy los 800.000 barriles por día; Biden buscaba darle oxígeno a la oposición pidiendo dos cosas: la libertad de los presos políticos y la realización de elecciones libres y justas, dando un primer paso permitiendo las primarias en las que se midieron los candidatos de la oposición venezolana el pasado 22 de octubre.

Pero nada de eso ha salido bien, hasta ahora, y parece que el único que está sacando provecho de esta oportunidad histórica en plena convulsión internacional es Maduro, quien efectivamente dejó hacer las elecciones, pero días después, representantes de su gobierno las declararon fraudulentas, quedando en el mismo estatus de siempre: asfixiados por el brazo estatal.

Nadie lo pudo explicar mejor que el Financial Times, en su editorial del 1 de noviembre: “La última medida de la administración Biden tuvo problemas casi de inmediato. Antony Blinken, secretario de Estado, dijo al anunciar el alivio de las sanciones que a menos que el gobierno de Maduro tomara medidas a finales de noviembre hacia elecciones libres y justas en las que todos los candidatos pudieran presentarse, Washington retiraría sus concesiones.

Maduro, un astuto sobreviviente con más de una década en el poder, rápidamente descubrió el engaño de Blinken (...) Lejos de tomar medidas para permitir que (María Corina) Machado se postulara el próximo año, Maduro y sus altos funcionarios reaccionaron alegando fraude en las primarias de la oposición, luego declararon ilegal todo el ejercicio y abrieron una investigación criminal”.

Para el Financial Times los pasos que se deben dar a continuación son muy claros: “A menos que Maduro cambie de rumbo antes de la fecha límite de finales de noviembre, Estados Unidos debería retirar las sanciones a Venezuela, a pesar de las posibles consecuencias para el mercado petrolero (donde se cuestiona la capacidad de Venezuela para aumentar rápidamente la producción) y el flujo de refugiados.

No hacerlo dañaría gravemente la credibilidad de Washington como defensor de los derechos humanos y la democracia. También sería una traición al derecho de Machado a luchar en las elecciones y a la valiente (y cada vez más asediada) oposición democrática del país”.

El juego político que los líderes internacionales tengan con Venezuela involucra muchas cosas: tienen las mayores reservas petroleras del mundo, están en el podio de países con el mayor número de ciudadanos desplazados (más de 7 millones de venezolanos están distribuidos en el mundo y casi 3 millones están en Colombia) y son uno de los brazos aliados en Latinoamérica a Rusia y China. Biden jugó las cartas con Maduro: ¿podrá ganar la partida?

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