Editorial

¿Qué es un diálogo regional vinculante?

El Plan de Desarrollo de Petro tiene el reto de heredar cosas reales, tal como sucedió con la floricultura, la vivienda o la apertura de la economía, hay expectativa por su gran apuesta

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Diario La República · ¿Qué es un diálogo regional vinculante?

Los planes de desarrollo se le deben a Lauchlin Currie, el economista canadiense que lideró una misión del Banco Mundial en 1949 y que se quedó a vivir y morir en Colombia; su herencia es enorme y se le debe reconocer, siempre que haya la oportunidad, que fue él quien comenzó ha hablar de las políticas de planeación; que los presidentes de turno tuvieran un plan de gobierno que dejaran una verdadera herencia. Impulsó el nacimiento del Departamento Nacional de Planeación e influyó en el agro, el transporte y la educación; enseñó economía en la Universidad Nacional y la Universidad de Los Andes.

Basó todas sus recomendaciones en el New Deal de Franklin D. Roosevelt, con quien trabajó hombro a hombro en la recuperación de la economía luego de la Gran Recesión de 1929. En esos momentos conoció a Alberto Lleras, quien lo enamoró de Colombia y aprovechó su talento para que enseñara la desconocida ciencia de la planificación estatal a largo plazo. Pero esa es otra historia, lo importante ahora es recomendarle a Jorge Iván González, el director del Departamento Nacional de Planeación, uno de los académicos más reconocidos del país, y quien elaboró el plan de desarrollo de Gustavo Petro cuando fue alcalde mayor, que logre o cierre con una hoja de ruta adecuada plasmada en el Plan de Desarrollo Nacional para 2022-2026, de tal manera que el primer gobierno de izquierda herede algún avance disruptivo en para el país.

Hay casos concretos de grandes herencias de planes de desarrollo: la floricultura, la vivienda popular y la apertura económica son tres avances elocuentes, pero también hay mucha palabrería e ideas superfluas que solo sirvieron a los presidentes de turno para llenar discursos. Se puede hacer el ejercicio de revisar desde el nombre del plan de desarrollo hasta su evaluación final de políticas públicas para concluir que no heredaron nada real. Pasado un mes del gobierno de Petro, sus discursos pueden advertir una alta carga académica y teórica, pero de propuestas reales, materiales, visibles, muy poco. Lo único con lo que González puede empezar a trabajar es lo denominado diálogos regionales vinculantes, que dicho sea de paso, es la misma naturaleza del plan de desarrollo: recoger ideas en las regiones para plasmarlas en una necesaria hoja de ruta que vincule al Presupuesto General de la Nación.

Dicho esto, poco o nada más se sabe a qué se refiere el concepto de diálogos regionales vinculantes y cómo será la metodología para no ser inferiores al reto de las expectativas de las personas sobre el gobierno que avanza. Hay muchos frentes de trabajo político y económico estructurales abiertos: reforma tributaria, reforma pensional, rediseño de la fórmula de precios de los combustibles y de las tarifas de energía, diálogos regionales de paz, desaceleración de las políticas extractivistas, empezando por el petróleo, y toda una suerte de retos en el sector agropecuario que trascienden la tenencia de las tierras.

Es toda una avalancha de temas, todos igual de importantes y prioritarios, pero nada más esencial que la escritura e idealización del plan de desarrollo para el cuatrienio. Lo más importante sí es ese plan, pero cumplirlo, ejecutarlo y no dejarlo en un anaquel. González tiene experiencia en eso, el plan que le hizo al Petro alcalde nunca se ejecutó, se cambió y se enredó. Ojalá esa experiencia les sirva para llevar a buen rumbo a todo un país.

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