Editorial

¿Qué le pasa a la política exportadora?

<p>A febrero las ventas externas solo alcanzaron US$3.128 millones, y eso que el dólar está caro. ¿Qué está pasando?</p>

Los bajos precios del petróleo no solo desnudaron que las arcas nacionales son altamente dependientes de las ventas de crudo al exterior, sino que los empresarios no han podido posicionarse en los mercados abiertos por el Gobierno Nacional con una docena de Tratados de Libre Comercio firmados con países altamente importadores, como es el caso de Estados Unidos, Canadá, Unión Europea o Corea del Sur, entre otros. La situación es casi de choque o emergencia, dado que el dólar vive uno de los mejores momentos de la historia reciente en términos de revaluación y los exportadores deberían estar viviendo un verdadero ‘boom’ comercial. Nada de eso ha sucedido a la luz de las últimas cifras de comercio exterior.

Las ventas externas cayeron durante febrero en 26,8% con respecto al mismo mes del año anterior. En dólares, pasaron de US$4.271 millones a US$3.128 millones en febrero pasado. Nuevamente la culpa la tiene el petróleo y los combustibles, hubo una disminución de 36,4% en las ventas del sector energético, solo de petróleo, productos derivados y productos conexos, la caída fue de 45,2%. El imperativo es que los encargados de desarrollar o construir políticas públicas industriales enfocadas a las exportaciones no pueden seguir culpando a la situación del petróleo en el mercado internacional. La culpa es que el país exportador no ha logrado desarrollar una nueva estructura de ventas externas robusta que supla la dependencia de los productos del sector energético. La situación es para intervenirla ahora.

Ya no existe la disculpa de que no hay suficientes tratados de libre comercio, pues las cifras nos muestran que se han abierto más de 20 nuevos mercados en los últimos 10 años; tampoco puede ser la revaluación del peso, porque el peso colombiano es la segunda moneda más devaluada desde hace un semestre. Entonces las inquietudes se deben dirigir al Gobierno Nacional sobre lo que está haciendo con los empresarios exportadores no tradicionales para revertir esta situación. La discusión ya se ha dado en varios congresos, reuniones y foros, pero no termina en otra cosa diferente que echarle la culpa a los impuestos y la infraestructura, que puede ser cierto, pero no se ven mayores avances que cientos de promesas que no se cumplen en términos de red vial que conecte el interior con los puertos, o modernización de aeropuertos.

Siempre hay una luz al final del túnel y cabe resaltar que hubo repunte de las exportaciones agropecuarias, alimentos y bebidas, que crecieron 6,8%. Una situación que muestra el camino para convertir a Colombia en un país exportador de alimentos, pero para lograrlo debe consolidarse la paz en los campos y los incentivo a los agroindustriales.