Editorial

¿Quién merece el Premio Nobel de Economía?

En la economía, como en algunas ciencias, las escuelas se imponen y levantan religiones con profetas y hasta apóstoles

En la economía, como en algunas ciencias, las escuelas se imponen y levantan religiones con profetas y hasta apóstoles

El próximo lunes festivo para los colombianos, amanecerá con los dos o tres nombres de premiados con el Nobel de Economía en su versión 2012. Decimos ‘dos o tres’ porque el último distinguido unitariamente fue Paul Krugman en 2008, por su análisis de patrones comerciales y la localización de la actividad económica. Es común que en los galardones puramente científicos se reconozca la labor de equipos de trabajo, así sucede en medicina, física y química. Pero esta vez, el esperado reconocimiento para los economistas del año, ojalá recayera en científicos que hayan aportado teorías que expliquen la nueva realidad. En un escenario de cuasi fracaso del sistema monetario europeo del euro; un estancamiento de los llamados Brics y el fortalecimiento de pequeños milagros que están reinventando las formas de administrar los recursos escasos, y por qué no, de sobrevivir en un economía de la desesperanza.

Hasta hoy, la Real Academia Sueca de Ciencias institución encargada de entregar el Nobel de Economía, ha galardonando a 68 científicos, la mayoría  estadounidenses e ingleses, pero casi todos han desarrollado sus estudios en universidades de Estados Unidos. En los círculos mediáticos se habla de nombres como Robert  Shiller, Arthur Okun, Stephen Ross, Franco Modigliani, Anthony Atkinson y Angus Deaton, entre otros. Y si nos acogemos a los vaticinios que la agencia Thompson Reuters viene haciendo desde 2002, creemos que Shiller tiene altas posibilidades si el galardón comulga con la actualidad, pues fue quien predijo la burbuja inmobiliaria de la cual no ha podido salir el Viejo Continente. Pero eso no ocurre de esta manera, la Real Academia Sueca, suele navegar en las profundidades de la academia estadounidense para resalta algún profesor que ha aportado a los modelos económicos aparentemente exitosos ligados a las economías de mercado.

Y así como hasta ahora nunca se ha podido romper la tradición de que el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, lo dirijan un europeo y un estadounidense, respectivamente, es muy difícil que el economista gane el premio sino ha trabajado en una de las universidades con más galardones o de un país que no esté en la órbita tradicional. La economía moderna es una ciencia objetiva que demuestra y explica situaciones que comprometen personas, familias, gobiernos y empresas, pero todo ajustado a escuelas que se convierten en iglesias; tienen profetas -muchos nobeles- y que esparcen por todas las naciones apóstoles, que solo ven los problemas sociales con los lentes que les han dado sus enfoques. Por no ser un Nobel en esencia pura, tiene muchos críticos al galardón.