Editorial

Recesión quiere decir menos impuestos

Gráfico LR

El Ministerio de Hacienda debe darse cuenta de que la recesión por la que atraviesa el sector productivo, tras varios meses en rojo, ya se empieza a reflejar en el recaudo de impuestos

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Diario La República · Recesión quiere decir menos impuestos
A la pregunta: ¿cómo va la economía colombiana en este momento? Bien se puede responder, sin temor a equívoco, estamos en recesión, al menos en lo que tiene que ver con el sector productivo, pues anda en rojo desde el último abril. Es elocuente, a la luz de los datos del Producto Interno Bruto, que el país no le ha hecho el quite a la recesión y menos aún a la desaceleración; los dos trimestres seguidos en rojo están presentes desde hace rato, eso sí, al excluir el papel del Estado.
El 0,6% de la variación anual del PIB quedó por debajo del rango entre 1% y 1,2% que esperaban todos los analistas, quienes se volvieron a equivocar y culparon ligeramente a las revisiones a la baja que hizo el Dane de los datos del año pasado. El 0,3% del tercer trimestre y el ISE de 0,1% para diciembre es un crecimiento casi nulo que se empieza a notar en el recaudo tributario del pasado enero. La Dian informó que el recaudo tributario del primer mes del año solo sumó US$30,6 billones, un crecimiento de 4,8% versus enero de 2023, cuando fue de $29,3 billones.
Si a la cifra se le aplica la inflación (8,35%), hay una caída técnica, hipótesis expuesta por antiguos técnicos de la dirección de impuestos, pero que refleja la primera hipótesis de que la economía colombiana atraviesa por una recesión, al menos si se ve desde la óptica del sector privado. Más crecimiento es mayor recaudo, y la contribución tributaria siempre está afectada por la inflación.
Otra variable que refuerza la premisa de que Colombia atraviesa una recesión no aceptada es que en enero se pagan los impuestos de las ventas que se hicieron entre noviembre y diciembre, también las retenciones en la fuente de diciembre, que se suman a toda la movida de consumo de las fiestas de fin de año, pero las cifras no parecen ser las mejores y en términos de impuestos no hay revisión a la baja o al alza como lo hace el Dane.
Lo que pasa con los montos de impuestos es la única realidad económica, a mayor crecimiento más impuestos y viceversa, menos PIB, menos tributación. Si el sector productivo, otrora privado, está de capa caída y solo el Estado “salva la Patria”, quiere decir que el crowding out está aquí en su faceta más temida, que es el desplazamiento o la expulsión generada por la reducción de la capacidad de inversión de las empresas como consecuencia de la deuda pública. Fenómeno que sucede cuando las empresas y el sector privado en su conjunto ceden su espacio a los actores del Estado o agentes públicos. Se da cuando la intervención del Estado en uno o varios sectores opaca sustancialmente al resto del mercado, puede darse en la oferta o en la demanda.
Sin una actividad privada bien sustentada y elocuente, se caen los impuestos y el mismo Estado deja de experimentar crecimientos, pues los dividendos de las empresas públicas no son grandes. Es probable que si no se repara el crecimiento de la economía entre enero, febrero y marzo, la caída en los impuestos aumente, el aporte del Estado al PIB se fracture y 2024 sea más malo de lo que pinta, en términos de aceleración de la economía.
El Estado genera bienestar subsidiando servicios, administra una que otra empresa pública que no da dividendos, excepto Ecopetrol o ISA, una situación miope que, si se mantiene, llevará a la parálisis total si no actúa consciente del aporte de las empresas en los impuestos y en la generación de empleo.

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