Editorial

“Repartir la mermelada sobre toda la tostada”

<p>No se puede poner en duda que las regalías hoy le están llegando a todos los municipios de Colombia y no solo a los de subsuelo privilegiado.</p>

Fue el entonces ministro de Hacienda y hoy presidente de Ecopetrol, Juan Carlos Echeverry, quien acuñó la palabra mermelada para referirse al presupuesto nacional, un comentario que fue utilizado por la oposición al Gobierno Nacional y explotado por los medios de comunicación hasta convertirlo en un peyorativo asociado a la corrupción. Pero nada más lejos de su intención original. Echeverry lo que buscaba, cuando se discutía el proyecto de ley que reformaba las regalías, era explicarle a los congresistas y a la prensa en general que esa suerte de impuesto o tributo debían repartirse en todo el territorio, no solo en las regiones tradicionales en donde se explotan minerales o hidrocarburos.

Durante el “Seminario Internacional de Regalías y Calidad de la Inversión en Colombia: Una transformación en marcha”, el presidente Santos destacó que las regalías se distribuyan más equitativamente en todo el país y no solo en las regiones con recursos minerales. Al cumplir tres años de implementado el Sistema General de Regalías se han aprobado en total $27,7 billones, que se han traducido en 8.896 proyectos. Según las cuentas del Gobierno, gracias a esta redirección de esos recursos otrora centralizados, se han ejecutado unas 4.000 obras con los recursos del subsuelo nacional. “A ellos se les suman los 7.000 que deberán estar finalizados al final de cuatrienio (...) Se han generado más de 320.000 nuevos empleos desde 2012. Departamentos como Cauca, Nariño, Caquetá, Vaupés y San Andrés triplicaron sus ingresos; y Chocó, Amazonas, Guaviare, Guainía y Risaralda los duplicaron (...) El Sistema de Regalías hace parte de un conjunto de instrumentos que hoy nos proyectan como un país con una institucionalidad fiscal de clase mundial”.

Un informe del Departamento Nacional de Planeación muestra que en tres años las regalías han aportado 15% al crecimiento anual del país y explican 17% de la reducción de la pobreza total. Simón Gaviria asegura que este rediseño de políticas públicas representó 468.000 pobres menos y 111.000 pobres extremos menos. Para el DNP, un ejemplo evidente de la efectividad de la redistribución de las regalías es que en Quindío el aporte de estos recursos para la creación de trabajo representó 27%, en Atlántico fue de 20,4%, en Caquetá de 6,6% y en Caldas de 6%. “Esto muestra que los departamentos que antes no contaban con estos recursos ahora se han beneficiado de las fuentes de empleo que han traído”. Pero aún falta mucho por mejorar la redistribución y sobre todo en la descentralización de esas decisiones, pues los municipios se siguen quejando de la lentitud de los procesos y de la suficiencia centralista como se manejan estas decisiones.

No cabe duda algunas que uno de los mayores logros de esta administración nacional tiene que ver con la redistribución de las regalías en todo el territorio.