Editorial

Sacarle provecho a los precios del café y petróleo

Con el barril de petróleo por encima de los US$80 y la libra de café en US$2,60, precios récord a una tasa de cambio de $3.800, hay que beneficiarse de esta bonanza aún silenciosa

Editorial

Hace rato que la economía colombiana no enfilaba una serie de buenas noticias que auguran un buen cierre de 2021 y grandes expectativas para 2022. Durante las últimas dos semanas, los precios del petróleo han subido a una tasa promedio de 2%, “como consecuencia de una crisis energética no anunciada que afecta a las grandes economías y que no muestra señales de alivio, en medio de una mejora de la actividad económica y de suministros restringidos de destacados productores”, analiza la agencia Bloomberg. El crudo Brent toca precios de US$84,16, su máximo desde octubre de 2018, mientras que el WTI, referencia para Estados Unidos promedia US$81,41 el barril, el nivel más alto desde fines de 2014. No se puede perder de vista que por cada dólar que sube el barril de petróleo a las arcas nacionales le ingresan unos US$130 millones, dinero más que necesario para avanzar en obras de inversión social. Y si por los lados del crudo las cosas van muy bien en materia de precios, en el campo cafetero la situación es similar, con la diferencia de que los buenos ingresos de los caficultores ya casi completan 18 meses. El incremento en el costo del bulto de café se explica por la mala cosecha en Brasil y la tasa de cambio en promedio de $3.800. En lo corrido del año, la libra del café colombiano en la Bolsa de Nueva York ha subido 62% y la carga interna en Colombia ha ganado 69%. La carga interna del café vale $1.805.000, a comienzo del año costaba menos de la mitad: $739.000; precios que dispararán la cosecha cafetera a unos $11 billones, cifra también histórica, que no solo redunda en beneficios a las más de 500.000 familias que viven del grano, sino que reactivan el consumo en las regiones cafeteras del país. No se puede perder de vista el papel del café en el consumo de los colombianos que habitan el nuevo jefe cafetero: Cauca, Huila, Nariño, departamentos de alta producción que se han consolidado como los más cultivadores. Claro está, que no se puede desconocer el papel del grano en Caldas. Antioquia, Risaralda y Quindío, los históricos productores, pero que han mermado su área cultivada y experimentan escasez en mano de obra.

La economía colombiana todavía es altamente dependiente de las ventas de café y petróleo en los mercados internacionales. De acuerdo con el Dane, las exportaciones en agosto pasado fueron de US$3.318 millones, lo que significa un aumento de 28,4% en relación con agosto de 2020, cuando totalizaron US$2.584 millones. También más altas que en el mismo mes en 2019, cuando fueron US$3.264 millones. Los combustibles siguen siendo el grupo de productos más exportados con un crecimiento de 26,6% y una participación de 43% en el valor total de las exportaciones. Las manufacturas pesan 26,3%, los productos agropecuarios, alimentos y bebidas 24,5%, mientras que el resto de sectores tienen 6,3%. El café es el que más pesa en los US$6.043 millones que se venden entre productos del agro, alimentos y bebidas. Es una muy buena noticia que la recuperación económica elocuente vaya acompañada de mejores precios internacionales en las ventas insignias y que esta coyuntura se vea como una oportunidad de mejorar la situación de país golpeada por la pandemia. No es nada descartable que el final del año tenga un cierre histórico y por primera vez en muchos años el crecimiento del PIB sea de dos dígitos.

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