Se debe empezar a cerrar el modo vacunación
jueves, 14 de abril de 2022
Es elocuente que Los fabricantes de vacunas facturen menos, las proyecciones por menores tasas de vacunación hacen prever que el mundo debe entrar en plena normalidad
Editorial
Un camino para entender lo que está sucediendo con la pandemia derivada el coronavirus, dos años después, es aplicar la frase acuñada por los periodistas, Carl Bernstein y Bob Woodward, para denunciar el caso Watergate: ¡seguid el rastro del dinero”. Es un hecho elocuente que la economía global empieza a cambiar de piel y que el tormentoso covid-19 se evapora poco a poco del ambiente, tras un rastro de muerte que solo en Colombia ha dejado cerca de 140.000 fallecidos y más de seis millones en todos los países.
Ya hay lugares en el primer mundo en donde las vacunas pasaron de moda, las dos o tres dosis fueron suficientes, el distanciamiento social hace parte de la historia y los tapabocas son accesorios solo usados por los más hipocondríacos o asépticos. Todo empezó a cambiar desde hace unas 10 semanas cuando la normalidad se tomó los espacios exteriores y ahora irrumpe con fuerza en los interiores de colegios, universidades, restaurantes, bares, estadios, centros comerciales, iglesias y todos esos lugares en donde confluyen multitudes y se forman de nuevo aglomeraciones. Claro que el virus sigue allí agazapado, atacando a los más vulnerables, a quienes no se vacunaron o aquellos que tienen comorbilidades que los hacen débiles ante el letal virus.
El punto ahora es que todo volvió a la normalidad de golpe y la mejor manera de verlo es que las previsiones de ventas de vacunas de los grandes laboratorios son menores de las esperadas. Según la firma de estudios del sector médico, Airfinity, los cuatro grandes laboratorios: Pfizer, Moderna, AstraZeneca y Janssen, entre otros, estimaron una facturación conjunta 20% inferior a lo proyectado en los presupuestos, los ingresos bajaron de unos US$80.000 millones a unos US$55.000 millones. Las ventas de las farmacéuticas se convierten en el mejor indicador que demuestra el regreso de la normalidad y que las personas se empiezan a sentir más seguras frente al coronavirus en casi todos los países. A los ojos de Matt Linley, director de investigaciones científicas de Airfinity, “el mercado ha pasado de una alta demanda y un suministro limitado a una menor demanda, con más opciones y renuencia de las poblaciones a recibir más inyecciones (...) El mundo cuenta con existencias de 2.300 millones de dosis de vacunas en espera de ser utilizadas”.
La absorción o consumo de vacunas disminuyó 25% para el refuerzo y 50% para una eventual cuarta vacuna. Las farmacéuticas actuaron con eficiencia científica durante la pandemia, desarrollaron vacunas contrarreloj y evitaron con sus desarrollos la muerte de millones de persona, pero su mayor aporte fue contribuir a que el mundo retornara a la normalidad, pues el frenazo económico siempre fue peor que la misma enfermedad. Ahora el mundo debe empezar a entrar a la estabilización y mantenimiento de control en torno a este virus, de tal manera que la vacuna para todas las personas pueda ser cada dos años, para que no se frene la investigación hecha por las farmacéuticas hasta ahora. El Ministerio de Salud en Colombia debe tener ya una hoja de ruta para el seguimiento, no solo de las personas que no se han vacunado, sino de aquellas que solo tienen una dosis y una convicción de que todo ya pasó. El tratamiento que se le debe dar al coronavirus ya tiene que ser el mismo de viejos virus y flagelos que requieren vacuna permanente, pero sin generar el frenesí y miedo que se ha vivido hasta ahora.